en qué lugar se realiza el muestreo de fármacos
me ayudan porfas es para un reporte
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
na vez que un fármaco penetra en la circulación sistémica, se distribuye entre los tejidos corporales. Esta distribución no suele ser uniforme, debido a diferencias en la perfusión sanguínea, la fijación a los tejidos (p. ej., debido a su contenido graso), el pH regional y la permeabilidad de las membranas celulares.
La velocidad de acceso de un fármaco a un tejido depende de la velocidad del flujo sanguíneo hacia dicho tejido, de la masa tisular y de los coeficientes de partición entre la sangre y el tejido. El equilibrio de distribución (momento en que las velocidades de entrada y de salida son iguales) entre la sangre y un tejido se alcanza más rápidamente en las regiones más vascularizadas, excepto cuando el paso limitante de la velocidad es la difusión a través de las membranas celulares. Una vez que se alcanza el equilibrio, las concentraciones del fármaco en los tejidos y en los líquidos extracelulares vienen dadas por su concentración plasmática. Al mismo tiempo que se produce la distribución, se están llevando a cabo también los procesos de metabolismo y excreción, por lo que se trata de un proceso dinámico y complejo.
Una vez que un fármaco ingresa en los tejidos, la velocidad de distribución en el líquido intersticial depende fundamentalmente de la perfusión. En los tejidos poco perfundidos (p. ej., muscular, adiposo), la distribución es muy lenta, en especial si el tejido presenta una alta afinidad por el fármaco.
Explicación:
Volumen de distribución
El volumen aparente de distribución es el volumen teórico de líquido en el que habría que disolver la cantidad total de fármaco administrado para que su concentración fuese igual a la del plasma. Por ejemplo, si tras administrar 1000 mg de un fármaco se obtiene una concentración plasmática de 10 mg/L, los 1000 mg se han distribuido aparentemente en 100 L (dosis/volumen = concentración; 1000 mg/x L = 10 mg/L; por lo tanto, x= 1000 mg/10 mg/L = 100 L).
El volumen de distribución no guarda correspondencia alguna con el volumen real del cuerpo o sus compartimientos líquidos, sino que está relacionado con la distribución del fármaco en el organismo. Cuando un fármaco se une mucho a los tejidos, solo queda circulando una pequeña parte de la dosis, por lo que la concentración plasmática será baja y el volumen de distribución grande. Los fármacos que permanecen en el torrente circulatorio tienden a presentar volúmenes de distribución pequeños.
El volumen de distribución permite prever la concentración plasmática tras la administración de una dosis determinada, pero aporta poca información acerca del patrón específico de distribución. Cada fármaco se distribuye en el cuerpo de manera específica. Algunos se concentran principalmente en el tejido adiposo, otros permanecen en el líquido extracelular y otros se unen en gran medida a determinados tejidos.
Muchos fármacos de naturaleza ácida (p. ej., warfarina, aspirina) se encuentran unidos extensamente a proteínas, por lo que presentan un volumen aparente de distribución bajo. Muchos fármacos de naturaleza básica (p. ej., anfetamina, meperidina) son captados en gran medida por los tejidos, por lo que su volumen de distribución es mayor que el volumen corporal total.
El proceso de fabricación de un medicamento se divide en siete fases:
1. Pesaje.
En primer lugar, se fraccionan y pesan con extrema precisión los principios activos y los excipientes necesarios para la fabricación de un lote de medicamentos, siguiendo en todos los casos las cantidades indicadas en la fórmula de cada especialidad.
En esta fase, el principio activo y los excipientes se mezclan con una solución para formar el granulado húmedo. Para lograr una mezcla perfecta, el equipo cuenta con dos agitadores que pueden girar a una velocidad superior a 200 revoluciones por minuto.
Durante el secado, se extrae esta solución para obtener un granulado con el grado de humedad adecuado. El secado se realiza con aire caliente y filtrado, para lo que se llegan a utilizar hasta 800 metros cúbicos de aire cada hora.
El objetivo de esta fase es obtener siempre el tamaño de gránulo adecuado para cada medicamento.
Al granulado, se le añaden los excipientes necesarios para su compresión, y luego se mezcla hasta que queda perfectamente homogéneo. En este proceso, se controlan dos parámetros específicos para cada especialidad: la velocidad y el tiempo de giro del depósito.
El granulado obtenido tras el mezclado es sometido a presión para obtener los comprimidos. En esta fase, se controlan en tiempo real el cien por cien de los comprimidos producidos y se realiza también control estadístico de su peso, dureza y dimensión. El equipo con el que se trabaja cuenta con una velocidad de 8.000 comprimidos por hora.
En algunos casos, los comprimidos se recubren con una película de polímero, que se aplica mediante un sistema de pistolas atomizadoras. Este recubrimiento constituye una barrera entre el comprimido y el ambiente. Se trata de la parte más delicada del proceso y sus funciones pueden ser aislarlo de la luz, modular su liberación a nivel intestinal o gástrico o, simplemente, darle al comprimido el color deseado.