en que época se inicio la explotacion de los niños en América?!
Respuestas a la pregunta
Los niños fueron siempre las primeras víctimas de la explotación y la barbarie. Al surgir la sociedad capitalista, ellos pasaron a engrosar el ejército de esclavos modernos, y de estas fuerzas de trabajo se nutrió la burguesía para obtener pingües beneficios a cambio de pobreza. "Cuando mayor es el desarrollo de la industria moderna, mayor es la proporción en que el trabajo de los hombres es suplantado por el de las mujeres y los niños", advirtieron Marx y Engels en “El manifiesto comunista”. En efecto, a finales del siglo XIX, en Inglaterra existían niños obreros en casi todas las fábricas. Hacían trabajos livianos y concretos, y adquirían una experiencia que garantiza el porvenir de la industria. Los capitalistas sabían que la fuerza de trabajo de un niño implicaba menor salario y más capital, aunque los niños, al igual que los adultos, constituían un factor tan importante como los medios de producción.
La explotación infantil azota en especial a países en vías de desarrollo, donde el trabajo infantil, lejos de toda crítica, está considerado como un fenómeno social que forma parte de las infraestructuras de la sociedad y de la vida familiar. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), convencida de la explotación insensata de los niños, elaboró en 1919 una serie de medidas que protegían a la infancia en el mercado laboral, y, en 1973, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una ley que prohibía a los empresarios contratar a menores de quince años, y, en los trabajos que exigen esfuerzos físicos y ponen en peligro la salud, a menores de dieciocho años. La misma organización mundial, en el Principio IX de la Declaración de los Derechos del Niño, proclamó: “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupaciones o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral" (Texto de los Derechos del Niño, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959).
Sin embargo, millones de niños son sometidos a trabajos forzados en el mundo entero, en un régimen que a menudo raya en la esclavitud, la explotación inhumana y la falta de toda protección social; unos realizan trabajos riesgosos en minas, subterráneos, canteras y, otros, sencillamente como “mano de obra barata”, en la industria, la albañilería y el transporte, sin recibir los beneficios estipulados por ley. Se considera "explotación infantil" a todo tipo de trabajo cuya actividad económica de producción afecta el desarrollo personal o el disfrute de sus derechos de los menores de edad, todo trabajo que implique un riesgo y sea peligroso para la salud de los menores de dieciocho años
En la actualidad, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), millones de niños y niñas se ven obligados a trabajar. Ellos no van a la escuela y no tienen tiempo para jugar. Muchos no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos menores están expuestos a las peores formas de trabajo infantil en ambientes peligrosos e insalubres, en estado de semiesclavitud y otras formas de trabajo forzado, incluidas las actividades ilícitas como el tráfico de drogas y la prostitución, así como su participación involuntaria en los conflictos armados; lo que hace suponer que cada minuto un niño sufre un accidente, una enfermedad o un trauma psicológico laboral en algún lugar del planeta.
¿Cuáles son las razones que motivan la explotación infantil? Son varias, como la negligencia de los padres o la orfandad. Asimismo, la marginación social y extrema pobreza hacen que los niños trabajen para mantener la economía familiar, a veces, bajo el control de las redes del crimen organizado que usan y abusan a los niños y las niñas en sus propósitos económicos, como la mendicidad y la prostitución.
En ciertos países se posee todavía al hijo como si fuese un objeto, se menosprecia a la hija como a un minusválido, y quien tiene la suerte de ser varón y nacer sano, tiene la desgracia de empezar a trabajar mucho antes de cumplir los diez años de edad. Se calcula que los niños constituyen el 11% de la población activa en Asia y el 20% de la población infantil en África.
En América Latina existen millones de niños incorporados al sistema social productivo, sin considerar a los que pertenecen al circuito de la llamada “economía sumergida”, a quienes se introducen en el tráfico para pasar sus trapos por el parabrisas, golpeando en las ventanillas y extendiendo la mano, con la esperanza de que alguien les arroje una moneda o restos de comida.
Respuesta:Los niños fueron siempre las primeras víctimas de la explotación y la barbarie. Al surgir la sociedad capitalista, ellos pasaron a engrosar el ejército de esclavos modernos, y de estas fuerzas de trabajo se nutrió la burguesía para obtener pingües beneficios a cambio de pobreza. "Cuando mayor es el desarrollo de la industria moderna, mayor es la proporción en que el trabajo de los hombres es suplantado por el de las mujeres y los niños", advirtieron Marx y Engels en “El manifiesto comunista”. En efecto, a finales del siglo XIX, en Inglaterra existían niños obreros en casi todas las fábricas. Hacían trabajos livianos y concretos, y adquirían una experiencia que garantiza el porvenir de la industria. Los capitalistas sabían que la fuerza de trabajo de un niño implicaba menor salario y más capital, aunque los niños, al igual que los adultos, constituían un factor tan importante como los medios de producción.
La explotación infantil azota en especial a países en vías de desarrollo, donde el trabajo infantil, lejos de toda crítica, está considerado como un fenómeno social que forma parte de las infraestructuras de la sociedad y de la vida familiar. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), convencida de la explotación insensata de los niños, elaboró en 1919 una serie de medidas que protegían a la infancia en el mercado laboral, y, en 1973, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una ley que prohibía a los empresarios contratar a menores de quince años, y, en los trabajos que exigen esfuerzos físicos y ponen en peligro la salud, a menores de dieciocho años. La misma organización mundial, en el Principio IX de la Declaración de los Derechos del Niño, proclamó: “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupaciones o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral" (Texto de los Derechos del Niño, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959).
Sin embargo, millones de niños son sometidos a trabajos forzados en el mundo entero, en un régimen que a menudo raya en la esclavitud, la explotación inhumana y la falta de toda protección social; unos realizan trabajos riesgosos en minas, subterráneos, canteras y, otros, sencillamente como “mano de obra barata”, en la industria, la albañilería y el transporte, sin recibir los beneficios estipulados por ley. Se considera "explotación infantil" a todo tipo de trabajo cuya actividad económica de producción afecta el desarrollo personal o el disfrute de sus derechos de los menores de edad, todo trabajo que implique un riesgo y sea peligroso para la salud de los menores de dieciocho años
En la actualidad, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), millones de niños y niñas se ven obligados a trabajar. Ellos no van a la escuela y no tienen tiempo para jugar. Muchos no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos menores están expuestos a las peores formas de trabajo infantil en ambientes peligrosos e insalubres, en estado de semiesclavitud y otras formas de trabajo forzado, incluidas las actividades ilícitas como el tráfico de drogas y la prostitución, así como su participación involuntaria en los conflictos armados; lo que hace suponer que cada minuto un niño sufre un accidente, una enfermedad o un trauma psicológico laboral en algún lugar del planeta.
¿Cuáles son las razones que motivan la explotación infantil? Son varias, como la negligencia de los padres o la orfandad. Asimismo, la marginación social y extrema pobreza hacen que los niños trabajen para mantener la economía familiar, a veces, bajo el control de las redes del crimen organizado que usan y abusan a los niños y las niñas en sus propósitos económicos, como la mendicidad y la prostitución.
En ciertos países se posee todavía al hijo como si fuese un objeto, se menosprecia a la hija como a un minusválido, y quien tiene la suerte de ser varón y nacer sano, tiene la desgracia de empezar a trabajar mucho antes de cumplir los diez años de edad. Se calcula que los niños constituyen el 11% de la población activa en Asia y el 20% de la población infantil en África.
En América Latina existen millones de niños incorporados al sistema social productivo, sin considerar a los que pertenecen al circuito de la llamada “economía sumergida”, a quienes se introducen en el tráfico para pasar sus trapos por el parabrisas, golpeando en las ventanillas y extendiendo la mano, con la esperanza de que alguien les arroje una moneda o restos de comida.
Explicación: eso es lo que investigue en google por ti adios