En que consistio la mision jesuiticas de san ignacio "provincia de misiones"
lo necesito para el lunes pls gracias de antemano.
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Respuesta:
Aunque comúnmente se suele asociar el origen de Santo Pipó con el arribo de los colonos suizos a partir del año 1919, existe evidencia de actividades económicas y humanas mucho antes de este hecho. La colonización se llevó a cabo aprovechando como mano de obra a la población de origen criollo preexistente. Con seguridad los primeros habitantes de la zona fueron los pueblos indígenas. Probablemente hayan sido guaraníes, de la parcialidad denominada “paráes” por los cronistas españoles, famosos por su belicosidad que hizo que una y otra vez las avanzadas militares de los conquistadores fueran rechazadas. Todos los grupos de la zona fueron “reducidos”, concentrados en el pueblo o misión de Corpus.
Pero los guaraníes no eran los únicos habitantes de la región. La zona se caracterizaba por ser una frontera étnica con otras parcialidades que no eran de origen tupí-guaraní sino kaingang. Se trataba de pueblos cazadores-recolectores, eran nómades, que los llevaba a trasladarse estacionalmente desde la zona de los pinares de San Pedro hasta las riberas del Tabay, llegando quizás también hasta la zona del Ñacanguazú.
El elemento geográfico más fácilmente identificable en la etapa jesuítica fue el arroyo Ñacanguazú; llamado según la época: Murará, Moricará, Caraguapé y Yacanguazú, lugar en el que terminaban las chacras de los indios de Corpus. Más allá solo había selva.
Hay evidencia de que en la desembocadura del Ñacanguazú existía en la época jesuítica un astillero donde se construían las embarcaciones. La decadencia general de las Misiones, particularmente de Corpus, hicieron que las actividades económicas decayeran y las zona fuera ocupada solo por familias aisladas de guaraníes, criollos, mestizos e indígenas no reducidos.
Los primeros emprendimientos económicos de la zona
Un importante viajero de la época fue Juan Queirel, quien se desempeñó como agrimensor en misiones, en 1897 publicó una obra para conocer el territorio misionero. Gracias a él sabemos de uno de los pioneros de la colonización de Santo Pipo, un poblador de apellido Fuentes Ortiz, que logró instalar un establecimiento de fabricación de aguardiente a partir del cultivo de caña de azúcar. La mano de obra la obtuvo a partir de la colaboración de indígenas de las Altas Misiones. Sin embargo, el emprendimiento decayó cuando Fuentes Ortiz enfermó, y finalmente los cañaverales se secaron. En 1883 Fuentes Ortiz terminó vendiendo la propiedad. Diez años después se desarrolló otro emprendimiento de importancia en la desembocadura del Ñacanguazú. Juan Bautista Ambrosetti cuenta que a su paso por la zona en 1892 se estaba organizando un establecimiento maderero; cuando volvió a pasar por la zona dos años después en 1894, ya se hallaba en pleno funcionamiento un moderno aserradero, con una moderna tecnología. Según el testimonio de Ambrosetti, “el aserradero se halla bien instalado, posee un motor a vapor que hace mover todas las maquinarias, una colección de sierras sin fin y circulares, que en ese momento producían un ruido estridente al cortar la madera”. Para la segunda década del siglo XX aparentemente ya no existía, pues Elías Niklison, delegado del ministerio del interior de la nación, que paso por la zona a inspeccionar los yerbales, no hace referencia alguna de este maderero. Niklison menciona otro emprendimiento convencional identificado como Pto Santo Pipo, este contaba con una picada principal, actual avenida San Martín. Según Niklison, el obraje era explotado por los hermanos Damus. Según su testimonio, el obraje estaba poblado por 130 hombres, “todos bien tratados y alimentados”, ya que la cercanía a Posadas hacía que las condiciones de explotación laboral sean menos duras que los obrajes del norte
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