En otro tiempo, hace mucho, cuando Dios había terminado la creación del mundo, quiso
dejarle al hombre una chispa de su ser, una promesa de lo que podría llegar a ser, si lo
quería con todas sus fuerzas. Busco un sitio donde esconder esa chispa divina, porque
pensaba que lo que el hombre encuentra muy fácilmente no lo aprecia en su justo valor.
“Entonces tienes que esconder la chispa divina en la cima más alta del mundo”, le dijo uno
de sus consejeros.
Dios movió la cabeza. “No, porque el hombre es un ser aventurero y pronto aprenderá a
escalar los picos más altos”
Escóndela entonces, oh eterno, en las profundidades de la tierra”
“No creo que eso convenga – dijo Dios-, porque un día u otro el hombre descubrirá que
puede escavar hasta lo más profundo de la tierra”.
“¿En medio de los océanos, maestro?”
Dios movió de nuevo la cabeza. “vosotros sabéis que le he dado inteligencia al hombre y
un día u otro aprenderá a construir barcos y a cruzar los mayores océanos”.
“¿Entonces donde, Señor?”
Dios sonrió. “la esconderé en el lugar más inaccesible, un lugar a donde el hombre no irá a
buscar fácilmente. La esconderé en lo más profundo del mismo hombre”
Actividad:
1. Analiza el texto anterior y responde.
a. ¿Cuál es el mensaje que transmite la historia?
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pere mañana le digo
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