En nuestro tiempo servir un hombre a otro es una operación inferior, en cierta manera denigrante. Se comprende que así sea, porque en nuestro tiempo reina la fábula convenida de que todos somos iguales. Como servir implica supeditación y es una actividad que moralmente se ejerce de abajo hacia arriba, servir equivale a romper el nivel de igualdad, degradándose por sumersión bajo él. Pero imaginemos un momento el supuesto contrario: que los hombres son constitutivamente desiguales, que unos valen y son más que otros. Entonces, toda la aproximación del que vale menos al que vale más será, en rigor, una ascensión en la jerarquía. Ahora bien: la forma orgánica, y no meramente casual, de esa aproximación es el servicio. Servir será, pues, la forma de convivencia en que el inferior participa de las excelencias propias al superior. He aquí por qué honda razón en la Edad Media el servicio ennoblecía en vez de denigrar y era un medio elevatorio en el sistema de rangos humanos. En este sentido, el contenido de lo que era servir ostentaba un valor trascendental.
¿Cuál es el tema y título del texto anterior? ¿cuales son las ideas primarias, secundarias y terciarias? ¿que conectores encontramos en el texto anterior?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Aunque la ciencia moderna sólo existe hace unos pocos cientos de años, casi no hay un solo aspecto de la vida cotidiana, en el mundo occidental, que no haya sido transformado por ella. La aplicación del conocimiento ha dado como resultado adelantos en la agricultura y en la industria, en las comunicaciones y en los transportes, en la salud y la higiene, y en nuestro nivel de vida en general. La domesticación de la potencia del vapor y del agua para el funcionamiento de nuestras maquinarias y la desviación de cursos de agua para convertir desiertos en viñedos, son solamente dos ejemplos de los usos prácticos de la ciencia.
Claro que algunos de los resultados prácticos de la ciencia no son tan alegres. El enorme aumento del poder destructivo de las armas ha hecho que se convierta en una amenaza para la civilización misma. Sin embargo, a pesar de estos aspectos infortunados de las conquistas científicas, en conjunto, el desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones han sido beneficiosas para la humanidad. Por terribles que sean los estragos de las explosiones atómicas, el sacrificio de vidas humanas que implican parece ser mucho menor que el de las grandes plagas que antiguamente se esparcían por Europa y diezmaban su población.
COPY, Irving
Introducción a la lógica
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