Historia, pregunta formulada por keisycalvo9, hace 1 mes

en la tejedora de palabras qué le escribe con respecto a la familia y por qué le dice eso ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por dayannaquispe70
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Respuesta:

La tejedora de palabras*

A Joan, quien desde hace siglos se aventuró por los mares de la vida creyendo que iba en pos de su propia identidad, cuando realmente buscaba, como Telémaco, al Ulises padre héroe que todo hombre anhela en sus mocedades.

Y hallaron en un valle, sito en un descampado, los palacios de Circe, elevados sobre piedras pulidas. Y en sus alrededores vagaban lobos monteses y leones, pues Circe habíalos domesticado administrándoles pérfidas mixturas.

Homero

El violento fulgor veraniego de los ocasos de Houston estalló en mil resplandores rojizos en su hermosa cabellera, la cual lo dejó deslumbrado por unos momentos; era como si hubiese entrado en una zona mágica en la que ni el tiempo, ni los sentidos, ni la realidad tuvieran cabida alguna. Ella se dirigía hacia el edificio de lenguas clásicas y modernas cuando Rodrigo tuvo la fugaz visión suya de espaldas, aureolada por el brillo de una nunca antes vista frondosa mata de pelo. Iba cantando — o eso le pareció a él — con una voz tan melodiosa, que por unos instantes se suspendieron sus sentidos y quedó petrificado.

— ¿Qué te pasa que te has quedado ahí alelado como si hubieras visto un fantasma o un ánima de ultratumba? — le preguntó Eva, mientras la de los hermosos cabellos subía con aire de majestad los tres escalones de piedra del edificio.

— ¿Quién es? — le preguntó Rodrigo señalándola con un gesto de la cabeza.

— ¿Quién va a ser? ¡Si todo el mundo la conoce! Es la profesora Thompson, la de clásicas.

Todo quisque en la U sabe de sus excentricidades. Ella es precisamente la profe por la que me preguntabas ayer, cuando te matriculaste en su curso.

Al abrir la puerta para entrar en el edificio, girándose repentinamente, ella fijó en Rodrigo una mirada de cenizas con ascuas. Fue cuando el resplandor de sus cabellos se apagó. Entonces él no pudo dar crédito a sus ojos, pues superpuesta a la imagen de criatura divina, se le manifestó de pronto como un ser grotesco: la juventud que antes había irradiado brillos mágicos en la luz de sol de los cabellos, en un santiamén se trocó en un marchito pelaje color rata muerta, grasienta, sucia. Lo que más le impresionó es que pese a la distancia que lo separaba de ella, le llegó a él un intenso y repugnante olor a soledad, a total abandono, como de rincón que nunca se ha barrido ni fregado. Sintió náuseas, lástima, miedo...

— Da pena verla — siguió comentando Eva — Viene a la U en esa facha de trapera, como las “bag-ladies” que con la situación escuchimizada de hoy y la derrota de sus vidas, llevan cuatro chuicas en una bolsa plástica, hacen cola en Catholic Charities y se pasan hurgando en los basureros. Sucia, despeinada, sin maquillaje alguno, el ruedo de la falda medio descosido, ¿no la viste?, así viene siempre a clase.

Rodrigo agregó:

— Camina con desgana, como si ya no pudiera dar un paso más en la vida y se quisiera perder en el laberinto de la muerte...

— Mejor dicho, en las regiones del Hades, donde habita el clarividente ciego Tiresias, explicaría la profesora Thompson, cargada como tiene la batería de añeja literatura y mitos griegos.

— ¿No estás tomándome el pelo, Eva? Este espantapájaros con figura de mendiga no puede ser una profe... y menos de clásicas.

— ¿Pintoresca tu profesorcita, eh? Verás las sorpresas que te guardan sus clases, Rodrigo—. Muerta de risa, Eva se alejó hacia el edificio de filosofía mientras le recomendaba andarse con cautela con la profesora Thompson porque... ¡a saber por qué!, pues las últimas palabras las borró en el aire el traqueteo del camión que pasaba en ese momento recogiendo la basura.

Como si la profesora Thompson adivinara que hablaban de ella, en un instante fugaz la divisó Rodrigo mirándolo con fijeza detrás de los cristales tornasolados de la puerta. El no sabía si los reflejos del vidrio, al influjo del sol poniente, habían vuelto a jugarle una mala pasada; lo cierto es que cayó de nuevo presa del embrujo de la primera visión de ella: se le volvió a manifestar en todo el esplendor de su abundante y hermosa cabellera orlada de fulgores mágicos que le daban una aureola de diosa, como salida de un extraño mundo de fantasías.

Explicación:

espero te ayude :D

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