Historia, pregunta formulada por jhonmatheo2008, hace 3 meses

En la siguiente silueta colocar las características principales de Mons. Estévez de Toral y la ayuda que dio a Matovelle.


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jhonmatheo2008: ayuda

Respuestas a la pregunta

Contestado por lisf0202
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Respuesta:

REMIGIO ESTEVEZ DE TORAL

OBISPO DE CUENCA.- Nació en Quito el 23 de Junio de 1814, egresado de Jurisprudencia en el Colegio de San Fernando de Quito. Tuvo tres hermanos y dos hermanas y todos se educaron en Cuenca. El niño Remigio demostraba poseer un buen carácter y cursó sus estudios dócil e inteligentemente.

En 1837 se ordenó de sacerdote. En Mayo Toral viajó a Roma y en Agosto asistió a las sesiones del Concilio Vaticano, permaneciendo en Italia hasta Abril de 1870 que retornó a Cuenca, como Obispo. En 1873 designó a Julio Matovelle profesor del Seminario de Cuenca y como era el Obispo más antiguo del país, al morir el Arzobispo Checa le fue encargada la dirección de la Iglesia ecuatoriana. Tantos trabajos pudiera decirse que habían terminado por minar su robusta salud, ya que no su imperiosa dignidad, conciencia segura y motor de sus acciones.

"El anciano sencillo, sin doblez, que hablaba siempre de todos con el corazón, tan generoso en perdonar, a quien los dolores morales padecidos con callada resignación, que no los años, habían dado a su cabeza la corona de temprana ancianidad", y tras largas y dolorosa enfermedad recibió los auxilios religiosos con asistencia de las comunidades, Instituciones docentes y niños y falleció el 9 de Mayo de 1883. Su cadáver fue depositado en la Cripta Episcopal del Presbiterio, junto a los restos de otros Obispos. Posteriormente fue exhumado y llevado al panteón de las Carmelitas del Monasterio que él fundó.

Un 26 de mayo, fiesta de la Beata mariana de Jesús, El Sr. Obispo Estévez de  Toral manda a llamar a Matovelle y él antes de acudir donde el señor Obispo para atender a su llamado para por la capilla para recibir la bendición del Santísimo, donde abre el libro del y lee: “Hoy y no mañana”. Mañana puede ser tarde…El Sr. Obispo le motivó  recordándole que Matovelle desde pequeño ya hizo voto de castidad, sabe muy bien el latín, conoce la teología y tiene  una envidiable preparación religiosa, ¿por qué huye del llamamiento divino? Al término del llamado discusión recibe este consejo como orden: Dentro de pocos días, en las próximas témporas de Pentecostés se ordenará de Diácono. Sale turbado Matovelle de la presencia del Sr. Obispo, pero aún quiere evadir la orden. Se siente sin fuerzas y entra en la Capilla a pedir ayuda del cielo ante el Santísimo Sacramento. Abre nuevamente  el Kempis y lee: “Yo, dice el Señor, enseñé a los profetas desde el principio, y no ceso de hablar a todos hasta ahora; más muchos son duros y sordos a mi voz. Muchos de mejor grado oyen al mundo antes que a Dios. Más fácilmente siguen el apetito de la carne que el beneplácito divino. El mundo promete cosas temporales y pequeñas, y con todo esto, le sirven con grande ansia; y Yo prometo cosas grandes y eternas y entorpécense los corazones de los mortales”

Matovelle se pregunta si su oído estará sordo  y su corazón torpe para evitar el llamamiento divino. En el cuarto del seminario, lee al evangelista San Lucas  con las palabras de Jesús ante el cadáver del hijo de la viuda de Naím: “Joven, a ti te lo digo, levántate”. ¿No seré yo ese cadáver a quien Jesús manda que se levante? ¿Será esto un amera casualidad? No: Yo soy el muerto a quien las pasiones del mundo llevan a enterrar. La Madre que llora tras mi féretro es maría, a quien yo venero como Madre en la advocación de Nuestra señora de los Dolores, cuya imagen conservo frente a mi mesa de estudio y meditación. Jesús es quien me resucita y me entrega como propiedad exclusiva a mi Madre, María

Explicación:

Lay para seguirles ayudando y mi estrellita.

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