en la ciudad de Cúcuta existe una calle o un monumento dedicado al morfo diseño pegó una foto sí monumento tiene una historia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un viejecito
que se encuentra descansando: ¿Qué clase de persona hay aquí? El
anciano pregunta: ¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú
vienes?
“Oh, un grupo de egoístas y malvados” repicó el joven.
“Estoy encantado de haberme ido de allí”.
A lo cual el anciano comento: “lo mismo habrás de encontrar aquí”.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua el oasis y viendo al
anciano pregunto:
¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
¿Qué clase de personas viven en el lugar donde tú vives?
“Un magnifico grupo de personas, honestas amigables, hospitalarias me
duele mucho haberlos dejado”.
“Lo mismo encontraras tu aquí”, respondió el anciano.
Un hombre que había escuchado ambas conversaciones de pregunto al
viejo:
¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma
pregunta?
A lo cual el viejo contesto:
Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive.
Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá
encontrar otra cosa aquí.
Aquel que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá. Autor:
Carlos Mora.
Así querida niña en esta Institución Educativa encontrarás gente
honesta y con muchos valores que te enseñará a apreciar una
verdadera amistad.
• Realiza la lectura del siguiente texto
Había una vez, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y
bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en
el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.
El pobre tenía un problema: No sabía quién era.
Lo que falta es concentración, le decía el manzano, “si realmente lo
intentas, podrás tener sabrosas manzanas.
“No lo escuches”, exigía el rosal, “es más sencillo tener rosas” y “¿Ves
qué bellas son?”.
Y el árbol desesperado intentaba todo lo que le sugería y, como no
lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el búho, la más sabía de las aves, y al ver la
desesperación del árbol, exclamó:
“No te preocupes, tus problemas no son tan grave. Es el mismo de
muchos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: no dediques tu vida
a ser como los demás quieran que seas… sé tú mismo, conócete y, para
lograrlo, escucha tu voz interior”.
Y dicho esto, el búho desapareció
“¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?”, se
preguntaba el árbol desesperado, cuando, se pronto, comprendió…
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, por fin pudo escuchar
su voz interior diciéndole:
“Tu jamás darás manzanas porque no eres manzano, ni florecerás cada
primavera porque no eres un rosal. Eres un noble y tu destino es crecer
grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros,
belleza al paisaje…
Tú tienes propia misión en esta vida”
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo
aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y solo entonces el jardín fue completamente feliz
Yo me pregunto al ver a mi alrededor, ¿Cuántos serán robles que no se
permiten a si mismo crecer? ¿Cuántos serán rosales que, por medio al
reto, solo dan espinas? ¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?
En la vida, todos tenemos una misión que cumplir, un espacio
Explicación: