En la antigua Grecia (Partenón) ...
¿Qué efectos ópticos se aplican en arquitectura para corregir la percepción de los espacios?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La construcción del monumento, realizada casi exclusivamente en mármol blanco procedente del monte Pentélico, fue encargada por Pericles como agradecimiento de la ciudad a los dioses por su victoria contra los persas. Se desarrolló arquitectónicamente entre los años 447 a. C. y 438 a.C. de la mano de los arquitectos encargados de la obra, Ictino y Calícrates.
El diseño del Partenón estuvo condicionado inicialmente para albergar la imagen de Atenea Pártenos por lo que estuvieron, en la mayoría de los casos, bajo las órdenes del arquitecto y gran escultor ateniense Fidias.
El equilibrio y la armonía en las proporciones, el orden y la geometría eran valores constantes en el programa artístico de la sociedad clásica griega. Por ello, esta construcción es uno de los ejemplos más claros del saber en geometría por parte de los matemáticos y arquitectos griegos. La búsqueda de la belleza ideal en el mundo griego, les había llevado al intento de corregir efectos ópticos que se provocan al contemplar los templos en su proximidad, o desde la lejanía (por ejemplo desde el mar), ya que para el observador, cuanto menor es la distancia, percibe las columnas y las líneas verticales desvirtuadas, pues no se ven ni rectas ni paralelas. Los arquitectos consiguieron, por tanto, que el efecto visual que mostrara el Partenón no permitiera apreciar tal antiestética deformación que se percibe al situarse en las proximidades de los grandes monumentos. La éntasis «corrige» favorablemente esta sensación.
Lograron, así pues, obtener un efecto visual más estético con acertadas alteraciones de la construcción: columnas con éntasis, un poco curvadas hacia el centro, no equidistantes, y algo más gruesas en las esquinas; frontón levemente arqueado y estilóbato ligeramente convexo. Ese estilóbato –o escalón final sobre el que se asientan las columnas exteriores– presenta un tenue curvatura, elevándose unos 6 centímetros, en las fachadas frontales, y unos 11 centímetros en las zonas centrales de las laterales.
Finalmente, esta «habilidad con la que las líneas del Partenón están calculadas para parecer rectas sin serlo» sería consecuencia de la aplicación pragmática de las enseñanzas del matemático más famoso de la época, Metón, «que ganó renombre por sus proyectos de ciudades».