En la actualidad, ¿cómo afecta el COVID-19 en el sistema respiratorio? Investigael proceso y describe las consecuencias para el organismo.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La COVID-19 es una infección respiratoria causada por un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, que provoca fiebre, tos, fatiga, diarrea, disnea (sensación de ahogo) y, en los casos más graves, neumonía e insuficiencia respiratoria.
Explicación:
El SARS-CoV2 entra en las células de los alveolos (los neumocitos) y utiliza el contenido que hay dentro de ellas para multiplicarse de forma masiva, hasta matar a la célula en la que se encuentra. Según los datos disponibles hasta la fecha, cuando entra en una célula, puede infectarla y liberar entre 10.000 y 100.000 partículas virales nuevas. Y el procedimiento se repite: entran en las células cercanas, ampliando la infección. Al multiplicarse, el virus acaba con estos neumocitos y por eso se dificulta mucho el trabajo que deben realizar en cada inspiración para que el oxígeno llegue a la sangre y se reparta a todos los órganos del cuerpo.
Estos neumocitos tienen gran cantidad de una proteína llamada ACE2, que es por donde el virus se une para entrar a la célula, lo que facilita su entrada. Esto se complica en el caso de las personas con hipertensión arterial, ya que se sabe que estos pacientes tienen en su cuerpo grandes cantidades de esta proteína, lo que puede aumentar las opciones de que el virus entre; de ahí que estas personas sean un grupo de riesgo.
La destrucción de los alveolos genera una respuesta de nuestro sistema de defensa en forma de inflamación. Este proceso natural eficiente nos permite defendernos de los virus, bacterias y agentes externos. Pero provoca irritación y aparece la fiebre, uno de los principales síntomas de la COVID-19. En los casos más leves, puede pasar desapercibida o no darse síntomas, pero al tener el virus en nuestro organismo, podemos contagiar a otros; por ello es fundamental quedarse en casa. Y si la infección se expande en los pulmones, es entonces cuando se origina la neumonía.
Lo que se conoce hasta ahora es que esta respuesta inflamatoria produce unas sustancias que pueden dañar al propio pulmón y si es muy elevada, genera una acumulación de líquidos que dificulta que el oxígeno atraviese esta pared tan finita de los alveolos y llegue a la sangre. Es decir, a mayor respuesta inflamatoria, más líquido se acumula, menos oxígeno llega a la sangre y más dióxido de carbono se queda dentro de nuestro cuerpo ocasionando una insuficiencia respiratoria. Cuando esto ocurre, necesitamos respiradores artificiales para facilitar la respiración y ayudar a introducir y extraer aire de los pulmones. De ahí que los respiradores artificiales sean imprescindibles en la gestión de esta pandemia.