en el tiempo de sequia que hece el hombre wayuu
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En 2018, cuando la cantidad de migrantes venezolanos a Colombia permitía avizorar una grave crisis humanitaria, las calles de Maicao, la principal ciudad comercial de la región de La Guajira, estaban atiborradas de hombres y mujeres. Muchos de ellos eran indígenas wayúu que querían vender todo tipo de productos, alimentos y servicios. Ubicados en pequeños e improvisados puestos, uno al lado del otro como las clásicas ferias callejeras latinoamericanas, se acomodaban como podían entre los gritos y las ofertas, el humo de las motos, las ventas de comida ambulante, los perros callejeros y las pequeñas montañas de basura.
Desde temprano, las calles eran recorridas por decenas de familias en busca de sombra para guarecerse del calor. Los padres y madres empadronaban a sus hijos en los comedores, gestionados por el Estado y la cooperación internacional, para acceder a un plato de comida. Por la noche, las disputas por los espacios de compra y venta eran reemplazadas por el silencio de cientos de familias durmiendo en el piso. Calles y calles de personas acostadas sin otra pertenencia que la ropa que llevaban puesta. En los lugares más comerciales, las peleas de borrachos se mezclaban con mujeres de todas las edades que se prostituían por muy poco dinero para pagar una pieza, un hot dog o dos cigarrillos.
Una historia marcada por el comercio
Desde inicios del siglo XVI, los wayúu interactuaron intensamente con autoridades, misioneros y comerciantes coloniales. Como la península se ubica en el epicentro de los circuitos comerciales de Colombia y Venezuela, la actividad económica de este pueblo indígena reconfiguró la geografía regional a través de puertos y caminos que, por las características desérticas del terreno, eran utilizados casi exclusivamente por los wayúu.
Durante la primera mitad del siglo XIX, los gobiernos utilizaron los obsequios a los indígenas como política para “atraerlos a la vida civilizada”. Además de aguardiente, tabaco y panela, la práctica se institucionalizó a través de tierras, herramientas y ganado. Tras la consolidación del Estado nación, los gobiernos optaron por el despliegue militar, la fundación de poblados como Maicao (1927) y Uribia (1935), y el control del comercio con el propósito de nacionalizar los territorios y sus habitantes.
Un pueblo transfronterizo
Los wayúu son uno de los 81 grupos étnicos que existen en Colombia. A él pertenecen aproximadamente 150.000 de los 700.000 indígenas oficialmente reconocidos, mientras que en Venezuela representan el 57,3% de la población indígena nacional.
El departamento se distribuye en tres subregiones naturales: Guajira Alta, Guajira Media y Guajira Baja. En La Alta, la vegetación es escasa, el paisaje es desértico y el territorio se organiza en aproximadamente 23 clanes tradicionales wayúu. La Media tiene un alto potencial agrícola, pero la mayor parte del área se compone de zonas semidesérticas. Dada su proximidad a las sierras de Santa Marta y Perijá, las mejores condiciones para la agricultura y el acceso a fuentes de agua se encuentran en la Baja Guajira. Dentro de esta región, las pequeñas ciudades se ubican a lo largo de los valles de los ríos Ranchería y El Cesar. No obstante, es justamente allí donde se localizan las actividades extractivas a gran escala que destruyen el medio ambiente y contaminan las fuentes de agua.
Deseojo, escasez y violencia
A uno y otro lado de la frontera, se despliegan proyectos extractivos de carbón, gas y petróleo. En Colombia, se suman iniciativas de turismo internacional y de “energía verde”, como los parques eólicos.perseguían una lógica solidaria, en el fondo no cuestionaban la lógica extractiva que privilegia la sobreexplotación de los recursos naturales en detrimento de los derechos territoriales de los wayúu y, sus posibilidades de vida y existencia. Por esos mismos años, el fenómeno climatológico de El Niño desencadenaba una larga sequía en la región. Durante este período, la tasa de mortalidad infantil aumentó sustancialmente, mientras la precipitación promedio mensual se reducía y profundizaba una aguda crisis de inseguridad alimentaria.
Supervivencia en movimiento
En la segunda mitad del siglo XX, muchos wayúu se beneficiaron de la venta de productos en Colombia, subsidiados por el gobierno venezolano. Los municipios como Uribia y Maicao, ubicados a lo largo de la frontera pertenecientes a la Guajira Alta y Media, enfrentaron la sequía a través de la migración estacional a Venezuela para trabajar en la construcción y la ganadería lechera. Tradicionalmente, el pueblo Wayúu vive simultáneamente a uno y otro lado de la frontera, una condición que se refleja en la doble nacionalidad de muchos wayúu. Esta práctica territorial se ve cada día más obstaculizada.
Explicación: