en el poema colores el poeta acegura q el caballo sabe a donde ir porque?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El caballo, del que se dice es el más hermoso y armónico ser viviente de la creación, está presente en la mitología, la literatura y el arte, desde Pegaso hasta Rocinante, desde Incitato el caballo de Calígula, hasta Babieca del Cid Campeador.
Simbólicamente el caballo sugiere la vida. Es la pasión y la sensualidad Pero también significa destrucción en el Apocalipsis y está relacionado literariamente con la muerte. Un escritor checo, Milán Kundera y uno venezolano, Carlos Augusto León, coinciden desde sus lejanas geografías para describir de la misma manera el momento de la muerte del padre. Kundera en prosa y León en verso, nos dan la misma imagen: un gran caballo negro que el anciano esperaba para partir con él.
Investigar la presencia del caballo en la poesía y el teatro de Federico García Lorca, es ir por un mágico mundo de símbolos. Misteriosos símbolos que rodearon la vida y la muerte del poeta andaluz y que están en el Romancero Gitano y La Casa de Bernarda Alba.
García Lorca nació a la media noche del 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, pueblo de la vega granadina, y fue fusilado en la madrugada del 19 de agosto de 1936, en el barranco de Viznar, muy cerca de Granada, su Granada. Tenía al morir 38 años. Dejó inédita su última obra de teatro “La Casa de Bernarda Alba”. En ella un caballo, un tremendo garañón nunca visible, pero que se impone por la omnipresencia de dos fuerzas sobrenaturales –el amor y la muerte– da coces contra los muros del corral. Simbolismo de la pasión ahogada, soterrada, escondida y furiosa de siete mujeres sin amor. Porque no es la presencia, nunca visible, de Pepe el Romano, sino el estruendo incontenible y huracanado del caballo lo que da su tremendo dramatismo a las escenas de La Casa de Bernarda Alba.
La presencia casi constante del caballo en la poesía y en el teatro poético de García Lorca, es explicable si se recuerda que él nació prácticamente en el campo. Su padre Don Federico García Rodríguez era un labrador acomodado, que logró una sólida posición económica con el trabajo y la tenencia de la tierra. García Lorca gustaba de pasear lentamente a caballo por la vega granadina. Nunca fue buen equitador, porque una enfermedad infantil le impedía casi todo esfuerzo físico. Pero amaba a los caballos y también los temía, como temen los gitanos la belleza sombría de los caballos negros de la Guardia Civil Española (se ha dicho que ese poema del Romancero Gitano le costó la vida):
“Los caballos negros son, las herraduras son negras..."
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Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
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Explicación:
la corana