en el diario de ana frank; ¿de que manera conseguian las provisiones?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
estantería
Los escondidos en la Casa de atrás están aterrorizados cuando entran a robar en el edificio. A medida que aumenta la escasez durante la guerra, se acrecienta el número de robos. Esto representa un gran peligro para los escondidos, porque, ¿y si los descubren?
En su diario, Ana cuenta varios intentos de robo y robos reales. Durante al primer robo, en julio de 1943, los escondidos estaban durmiendo.
Los ladrones se llevan dos cajas de dinero en efectivo con cuarenta florines, cheques en blanco y papeles bancarios y cupones por 150 kilogramos de azúcar. Para Ana, esto último era lo peor, porque serían difíciles para conseguir nuevamente tantos cupones de racionamiento.
‘Nadie podia respirar de forma audible en ese momento, ocho corazones agitados.’
Anne Frank, 11 april 1944
El segundo robo importante sucede en la noche del 9 el 10 de abril de 1944 y es mucho más grave. Por la noche, Peter escucha ruidos en el almacén. Los escondidos deciden no esperar más y actúan. Los hombres bajan con lo que pueden encontrar para utilizar como “armas” y Hermann van Pels grita en voz alta “Policía”. Lo cual surte efecto, pues los ladrones huyen.
Para entrar, los ladrones han roto una parte de la puerta exterior del almacén. Cuando los escondidos la colocan nuevamente, son brutalmente devueltos al interior con una patada Aparentemente los ladrones todavía están allí.
Hermann van Pels golpea el suelo fuertemente con un hacha y eso finalmente ahuyenta a los ladrones. Pero de repente, un transeúnte alumbra con una linterna por la rendija. Los escondidos huyen al escondite lo más rápido que pueden.
Aparentemente la policía ha sido advertida, porque poco después llegan para inspeccionar. Pasos en las escaleras, ruidos en la estantería. Horrorizados, los escondidos guardan silencio.
Los escondidos no cierran los ojos por el resto de la noche. ¡Casi fueron descubiertos! Su mayor temor es que la policía regrese nuevamente, pero afortunadamente eso no sucede. "Dios nos ha protegido mucho", escribe Ana aliviada en su diario. "'¡Estamos a salvos, sálvanos!' Eso es lo único que podemos decir." (Ana Frank, 11 de abril de 1944.
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