en donde encontramos las narraciones sobre la Creación de la vida por jehova
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Respuesta:
La narración de la creación del Génesis es el mito de la creación[nota 1] tanto del judaísmo como del cristianismo.[1] Dos historias de creación se encuentran en los primeros dos capítulos del Libro del Génesis. En la primera (Génesis 1:1-2:3), Elohim, la palabra hebrea genérica para Dios, crea los cielos y la tierra en seis días, luego descansa, bendice y santifica el séptimo. En la segunda historia (Génesis 2:4-2:24), Dios, al que ahora se hace referencia por el nombre personal YHWH, crea a Adán, el primer humano, del polvo y lo coloca en el Jardín del Edén, donde se le da el dominio sobre los animales. Eva, la primera mujer, es creada de Adán y es su compañera.
La Creación, de James Tissot (1902).
Tomando prestados temas de la mitología mesopotámica, pero adaptándolos a la creencia del pueblo israelita en un solo Dios,[2] el primer gran borrador completo del Pentateuco (la serie de cinco libros que comienza con Génesis y termina con Deuteronomio) fue compuesto a fines del siglo VII a. C. o en del siglo VI a. C. (la fuente yahvista) y luego fue expandido por otros autores (la fuente sacerdotal) en una obra muy similar a la que tenemos hoy.[3] Las dos fuentes se pueden identificar en la narrativa de la creación: Génesis 1:1-2:3 es sacerdotal y Génesis 2:4-2:24 es yahvista.[4] La narrativa combinada es una crítica de la teología mesopotámica de la creación: Génesis afirma el monoteísmo y niega el politeísmo.[5] Robert Alter describió la narración combinada como «convincente en su carácter arquetípico, su adaptación del mito a fines monoteístas».[6]
El malentendido del género de la narración de la creación del Génesis, es decir, la intención de los autores y la cultura dentro de la cual escribieron, puede dar como resultado una lectura incorrecta.[7] Bruce Waltke, un conocido erudito evangélico, advierte contra una de esas lecturas erróneas, el enfoque que lo lee como historia en lugar de teología y por lo tanto conduce al creacionismo y la negación de la evolución.[8] Como señaló el experto en estudios judíos, Jon D. Levenson: