En dónde construyeron los monasterios e iglesias las órdenes religiosas
Respuestas a la pregunta
En el siglo III, san Antonio, un cristiano egipcio —que vivió desde mediados del siglo III al IV— reflexionó sobre las palabras de Jesúsː Ve, vende todo lo que posees y dáselo a los pobres. Entonces él y sus seguidores abandonaron todas sus posesiones y marcharon al desierto de Egipto (en la llamada Tebaida) y Siria. De esta manera creían vivir más cerca de Cristo dedicándose a la oración y la contemplación.
Al principio vivían solos, pero pronto decidieron unirse y habitar en cuevas o chozas construidas por ellos mismos, sencillas pero suficientes como para hacer su vida de oración en comunidad.
Más tarde aparecieron otras órdenes que establecieron sus propias reglas,como los cartujos o los cistercienses, monjes benedictinos de estricta observancia conocidos como monjes blancos porque utilizaban hábitos de lana sin teñir. Esta congregación fue fundada en 1098 por san Roberto de Molesmes, san Alberico y san Esteban Harding, en la Abadía de Citeaux, que da nombre a la orden. Uno de sus personajes de mayor repercusión es san Bernardo.
En la segunda década de siglo XIII se crearon dos nuevas órdenes: los franciscanos (1210), que se guiaban por las enseñanzas de san Francisco de Asís, y los dominicos (1216), seguidores de santo Domingo. A diferencia de las órdenes monásticas, las nuevas órdenes mendicantes establecían sus casas —conventos— en las renacientes ciudades y no en despoblados, profesaban la pobreza, combatían la herejía cátara y proporcionaron enseñantes para las nuevas universidades. Sus miembros serían conocidos como «frailes».
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