En Bolivia hay "indios" o "indigenas"? respuesta argumentada
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
EN EL BOLIVIA HAY INDÍGENAS
Respuesta:
indios
Esta intensa sensibilidad por un medio natural deslumbrante, contrasta, de manera dramática, con las afirmaciones del mismo autor sobre los obstáculos para la implantación del capitalismo de la región:
La presencia de numerosas tribus de salvajes en la parte alta del [río] Madre de Dios, es el único inconveniente que podría oponerse al desenvolvimiento de esta magna empresa (…) (2)
Se refería al auge de la extracción del caucho que estaba buscando su apogeo en las últimas décadas del siglo XIX. Bolivia fue parte de ese proceso económico de saqueo de recursos naturales que vinculó de manera forzada a la selva con el mercado mundial capitalista. Primero los exploradores y luego los llamados “industriales de la goma” habían invadido territorios indígenas ancestrales. Para resolver la contradicción planteada, el autor esbozó un plan y su justificación ideológica:
No es tarea fácil atacar [a los salvajes] en sus caseríos y perseguirlos en el bosque. Sólo con el auxilio de buenos perros, la pericia de hombres habituados al monte y la conveniente disposición de las marchas, se puede sorprenderlos y dominarlos. Mas, ¿cuánto tiempo, cuántas campañas serían suficientes? Mejor es defender los territorios aprovechados por la industria edificando fortines, organizando guarniciones militares y haciendo frecuentes batidas; las pestes y el agotamiento de la caza van a dar fin, antes de mucho tiempo con los salvajes que no se prestan a la reducción dejando libre el campo para el desarrollo de las industrias que con ventaja pueden establecerse en aquellos lugares (…)
Por otra parte, desde que es conocida la adaptación de la raza blanca al suelo americano, está planteado el problema por el cual la naturaleza, obligando al hombre a la selección, condena a las razas inferiores a desaparecer del campo que fecunda el trabajo (…) Contra las filantrópicas opiniones de Las Casas, manifiestan los hechos la incapacidad del indio para el motu propio [sic] que por el camino de una esclavización necesaria, lo lleva a una extinción fatal. Contra la perspicacia que se atribuye al indio como prueba de la agudeza de sus facultades, la perspicacia de la vista, el alcance del oído, etc., son cualidades desarrolladas por la vida de cazadores, y comunes a todas las especies de carnívoros (…) la naturaleza y la civilización condenan fatalmente a la extinción a los seres que están próximos a las bestias cuando con la ferocidad de bestias pretenden oponerse al progreso humano (…)
Para librar de todo el peligro la región comprendida entre el Acre y el Bajo Beni, no hay otro medio que librarla de salvajes alejando a éstos a la margen izquierda de dichos ríos. Allí las causas constantes que actúan en la naturaleza como auxiliares de la civilización, los reducirán a la impotencia para el mal. Sin participar del todo de la opinión de aquel general americano “el único indio bueno es el indio muerto”, (3) pensamos que en los tiempos que corren y rotas como están las hostilidades entre ambas razas, es ilusorio pensar en la reducción”.
El mito racista y positivista del indio como estorbo del progreso justificó la necesidad del genocidio ocurrido en la Amazonía como la plataforma sobre la cual se cimentó la economía cauchera; el proceso no ha sido estudiado como se merece, siendo evidente la carencia de fuentes, ante todo porque no hubo interés en dejar pruebas de tan siniestra y poco gloriosa tarea.
Sin embargo, entre las pocos testimonios disponibles, es posible seguir rastreando el ímpetu criminal por someter a los indios a como diera lugar, aunque a veces afloren sentimientos de culpa como en este editorial impreso en La Gaceta del Norte, el periódico fundado por Antonio Vaca Diez en el barracón Orton el año 1887