EMPRENDIMIENTOS SOCIALES EN EL PERÙ
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1.Yaqua, el agua solidaria: ¿cómo una actividad tan habitual como beber agua puede ofrecer hasta 8 días de agua potable a una persona en situación de pobreza extrema? Con la redirección del 100% de sus utilidades al desarrollo social, Yaqua rentabiliza sus ventas y destina recursos para la creación de proyectos de captación, tratamiento, construcción de reservorios y canales de distribución de agua en las zonas más vulnerables del país.
Desde su primer año de funcionamiento en el 2013, llevan hasta el momento invertidos más de S/568,430 en proyectos consolidados en Loreto, Amazonas, Cajamarca, Huancavelica y Ayacucho, beneficiando colateralmente la salud, educación y medio ambiente de las comunidades a las que impacta.
2. Inka Moss, calidad de altura: nadie hubiese imaginado que aquella planta nacida a más de 3500 msnm, comúnmente quemada para ser reemplazada por sembríos comunes, llegase a revolucionar la vida de más de 15 mil personas. El musgo de la sierra, o sphagnum moss, viene exportándose a las industrias de producción de orquídeas, berries y plantas ornamentales más importantes de Japón y Taiwán.
¿El valor diferencial? Inka Moss propone una visión social conjunta en la que se destinan recursos para crear puentes, salas de cómputo en colegios y antenas de comunicación en las zonas donde labora; fomenta la equidad de género laboral revalorando a la mujer como agente económico importante en la familia; y da soporte a la sostenibilidad medioambiental al conservar ecosistemas antes desaprovechados.
3. Compadre, un café de confianza: en un país que pertenece al Top Ten mundial de productores cafetaleros, redefinir lo que comúnmente conocemos como “buen café” es misión de Compadre, un emprendimiento social que reivindica la alta calidad del café orgánico cosechado por comunidades asháninkas en Satipo.
Toda la dirección estratégica detrás de una de sus tazas de café así lo demuestra: desde el tostado de los granos con energía de paneles solares a mano de los propios caficultores, hasta las capacitaciones en las que participan para involucrarse directamente en la cadena de valor, perfeccionar su producto y ganar el precio justo por su trabajo.
4. Pietà, la marca de la libertad: lavado, corte, costura, estampado y acabado en algodón Tangüis y lana de alpaca: quién habría de imaginar que todo el procedimiento industrial de esta marca de ropa urbana es gestionado por más de 100 reos que laboran en espacios de producción con sede en los penales de San Jorge, Lurigancho y Santa Mónica. Ello permite que sus trabajadores puedan generar ingresos y, con las competencias laborales ganadas, se permitan una reinserción más accesible y autónoma a la sociedad.
5. Frutiaguajún, naturaleza y cultura: concretar acuerdos empresariales entre el comerciante occidental y el agricultor amazónico no resulta complicado si ambas partes ponen en valor la biodiversidad de los bosques amazónicos sobre cualquier procedimiento industrial.
Ese es el pacto que alienta hasta hoy la sostenibilidad de Frutiaguajún, un emprendimiento social que revaloriza las tradiciones de la comunidad aguajún del valle del Alto Mayo, en San Martín, con la comercialización de café y la pulpa de frutas nativas como el aguaje y el ungurahui.
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