emocion que causa al espectador el drama y la tragedia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El espectador siente que esta en la historia
Explicación:
Respuesta:
1. Introducción
¿Por qué nos involucramos emocionalmente con una representación, como la teatral,
por ejemplo? La pregunta presupone que lo hacemos, que el teatro nos conmueve, y
plantea qué sentido tiene que tal cosa ocurra, sabiendo como sabemos, que se trata de
una representación, de ficción, de actores que representan personajes, sus actos y sus
emociones (también es posible que los personajes no sean interpretados por actores,
sino por títeres o marionetas, incluso por sus sombras). En la formulación inicial de este
enigma aparente por parte de Radford, la cuestión se presenta como una paradoja
derivada de la plausibilidad de tres premisas: a) nuestras emociones presuponen
creencias sobre lo que es el caso (sólo tiene sentido sentir miedo si creemos que estamos
frente a algún peligro); b) cuando se trata de teatro o ficción estas creencias no se dan,
porque sabemos que se trata de una representación; y c) los personajes y situaciones de
ficción efectivamente nos conmueven (Radner, 1975). Según el razonamiento de
Radford, la conclusión que se sigue de este planteamiento es que nuestras respuestas
emocionales en el contexto del teatro, de la ficción en general, son irracionales: algo así
como la fobia que alguien puede sentir a las lagartijas, a pesar de saber que las lagartijas
son inofensivas. Esta conclusión resulta inaceptable para cualquiera que crea que el
valor estético de una actividad artística como el teatro reside, al menos en parte, en su
dimensión expresiva.
La paradoja de la ficción puede considerarse como una generalización de otra paradoja
de mayor abolengo, presente ya en la Poética de Aristóteles: la paradoja de la tragedia.
En este caso, la cuestión reside en la aparente contradicción entre el tipo de situaciones
representadas de carácter negativo, asociadas a las desgracias y a la muerte que afectan
a los personajes, que inducen a la lamentación, a la piedad y a la conmiseración en la
audiencia, y el hecho de que ésta se sienta atraída por tal representación, encuentre en
ella causa de placer estético, como parece desprenderse de la noción aristotélica de
"katharsis". ¿Cómo podemos sentirnos atraídos por la representación del dolor y la
muerte?
En este trabajo, trataremos de ofrecer respuestas a ambas preguntas, partiendo de una
discusión previa del modo en que la dimensión expresiva es central en el teatro. Las
emociones se relacionan de múltiples formas con el teatro moderno: pueden estar en el
origen de la obra, formando parte de las motivaciones del autor, a la hora de escribir la
obra y concebir los personajes; pueden estar asociadas al recuerdo del espectador por
una representación memorable; pueden ser una parte central de la representación de la
obra, en la medida en que la caracterización de los personajes implica la expresión de
determinadas emociones en interacción con los demás; pueden tener que ver con la
propia experiencia emocional de los intérpretes en el momento de la representación; y
pueden aparecer también como parte fundamental de la respuesta de la audiencia a la
representación. Desde el punto de vista normativo de la estética teatral, no todas estas
posibles relaciones entre emociones y teatro tienen la misma importancia, algunas
resultan ser cruciales para el valor artístico de una representación, aunque todas están
parcialmente interrelacionadas. En particular, creo que se puede decir que la
expresividad ha constituido el valor central en la valoración de la representación teatral
(y artística en general), al menos en la tradición moderna, donde el teatro como
representación de los conflictos interpersonales humanos se convirtió en la forma
dominante (frente a un teatro alegórico o épico, o al teatro de vanguardia y experimental
del siglo XX). Aunque podemos encontrar ejemplos provenientes de otras épocas y
otras culturas, creo que no es descabellado afirmar que el teatro moderno se ha
desarrollado a partir de este componente psicológico central, quizá por la influencia
duradera de Shakespeare y Molière.
Explicación:
Espero que te ayude :), Lo saque de un libro