elementos de discucion
Respuestas a la pregunta
La abducción reproduce una y otra vez el ámbito en el cual se generó conocimiento, o dicho de otro modo, traslada al contexto de justificación aquello que antes estuvo en el contexto de descubrimiento. Lo que aquí se sostiene es que la abducción que permitió el hallazgo del investigador reaparece cada vez que se valida la ley, pero entonces bajo la forma de un indicador .
El indicador se compone de dimensiones de variables y procedimientos (Samaja 1995). Este último torna en observable aquello que no es directamente observado, la dimensión. En tanto concepto, la dimensión sólo se objetiva a través del procedimiento, pues éste muestra en los hechos lo que no podrá observarse de otro modo.
Todo resultado del indicador es análogo con los valores de la variable que representa, o sea, el resultado como estado de cosas es isomórfico con algún aspecto del concepto.
Los indicadores se vinculan con la abducción, toda vez que la lectura de los primeros reproduce la estructura del razonamiento abductivo tal como lo formulara Peirce (1970). Así, son análogos los resultados del indicador con los resultados de la abducción; las dimensiones referidas por el indicador con las reglas de la abducción.
Las tres inferencias (abducción, deducción e inducción) se vinculan a través de una cadena inferencial en el proceso de investigación: la abducción en el descubrimiento de la hipótesis, la deducción en la predicción de los enunciados observacionales, y la inducción en la justificación de las conjeturas. A esta forma de ver el proceso científico puede agregarse una nueva abducción como estado posterior a la deducción predictiva y previo a la inducción validadora, o sea, en la lectura de los indicadores propuestos para la justificación de las hipótesis.
Lo que aquí se afirma es que el proceso de justificación en sí se nutre de las tres inferencias desarrolladas por Peirce, amén de la analogía. La validación de las hipótesis se inicia con el diseño de los dispositivos metodológicos (momento deductivo), sigue el uso de los indicadores en la lectura de los datos empíricos (momento abductivo), para culminar con la contrastación efectiva (momento inductivo).
Debe precisarse también que la analogía se conecta con la abducción en dos planos, el primero, cuando (en la abducción hipocodificada o hipercodificada) relaciona la pauta ideal (la regla) con la pauta observable (el caso); el segundo, cuando vincula (en la abducción creativa) la regla analogada con regla análoga.
La abducción y la lógica
Siguiendo el esquema aristotélico del silogismo, ésta puede asumir varias maneras:
Primera premisa: Todo hombre es mortal.
Segunda premisa: Sócrates es mortal.
Conclusión: Socrátes es hombre.
Este modo corresponde a la segunda figura y constituye un razonamiento inválido al no estar distribuido el término medio (mortal).
No obstante la invalidez del razonamiento, la relación existente entre el término mayor (hombre) y el término menor (Sócrates) no es de índole fortuita, ya que Sócrates constituye la encarnación de la regla, o sea, la descripción de lo humano (hombre), le cabe a Sócrates. Si la mortalidad es propiedad humana también a Sócrates le corresponde ésta, en tanto caso de la regla.
En el silogismo precedente no es sólo el contenido de las premisas verdadero, sino también su conclusión. La verdad de la conclusión viene dada justamente por la relación existente entre sus términos mayor y menor, independientemente de la extensión del término medio.
Otro caso de la segunda figura es:
Primera premisa: Todos los gatos son mortales.
Segunda premisa: Todos los perros son mortales.
Conclusión: Todos los perros son gatos.
Aquí si bien las premisas son verdaderas no lo es la conclusión, pues los términos mayor y menor, si bien pertenecen ambos a la clase de los mamíferos (en término de clases reales), no están incluidos uno en otro.
En el caso de las clases hombre y Sócrates, a diferencia de las clases gato y perro, existe una relación de tipo abstracto concreto que vincula una clase (hombre como concepto), con