Filosofía, pregunta formulada por kevinandresavila3487, hace 3 meses

elaboró un ensayo y socializarlo en clase de acuerdo con la siguiente pregunta


cómo es posible proveerme de una ética que me permite una existencia ordenada y sensata cuando la condición humana estás ella de por el desorden y la extravagancia ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por dafnee788
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Respuesta:

Resumen. Montaigne compone una ética moderna definida por el ejercicio de su pensamiento autocrítico que acompañado de un método filosófico aborda la construcción de sí mismo como una manera filosófica. Las reflexiones intentan responder simultáneamente a dos cuestiones: ¿cómo le es posible proveerse de una ética que le permita una existencia ordenada y sensata, cuando la condición humana está signada por el desorden y la extravagancia?, ¿cómo le es posible fundar una ética moderna ­antes que Descartes con una posición escéptica?

Palabras clave. Montaigne, moral, ética, escepticismo, pensamiento moderno, juicio, êthos, arte de vivir.

Summary. Montaigne composes a modern Ethics defined by the exercise of his Auto–critical Thought which, united with a philosophical method, treats the construction of the self as a philosophical way of doing things. The reflections tries to answer, simultaneously, two issues: How can he provide himself of an ethics that enables him to lead an ordered and sensible existence, when the human condition is marked by disorder and extravagance? And: How is it possible for him to found a modern ethics before Descartes with a sceptical position?

Key words. Montaigne, moral, ethic, skepticism, modern thought, judgment, êthos, art of living

Explicación:

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Desde una metafísica del tiempo o desde una ontología del presente

Cuando los lectores de los Ensayos tienen conciencia de su posición histórica, reconocen que sus preguntas no pueden ser de una naturaleza y unas formas iguales a las de Montaigne; interrogar los Ensayos es una manera de dialogar con su autor y con sus contemporáneos. Esta actitud excluye de entrada la pretensión de imponerles sentidos anacrónicos a sus conceptos y de juzgarlos con el conjunto referencial de una metafísica del tiempo extraña a su región histórica. Desde este horizonte interpretativo, consideramos que en Montaigne, antes que en Descartes, se encuentra una filosofía, con rigor, que sabe que procede del uso de la razón, aunque su manera sea heterodoxa, su centro de gravitación sea la experiencia humana y su finalidad se fije en la construcción subjetiva de su propia felicidad.

Hegel no duda que Montaigne ha liberado su pensamiento de la autoridad teológica ni del despliegue de la gran energía subjetiva de su espíritu. Sin embargo, desde una metafísica de la historia, inscribe a Montaigne, como a Charron, Maquiavelo, Pascal y otros, en lo que denomina filosofía popular; clasificación que se define como esfuerzos subjetivos, emocionales, volubles, tergiversados, confusos, donde los pensamientos son como las erupciones de un volcán que se forman en su interior pero son salvajes e irregulares y, por tanto, son poco aptos para entregarse a la paz serena de la ciencia. Ellos [] no hacen girar sus investigaciones en torno al gran problema que interesa a la filosofía, ni razonan a base del pensamiento: por eso no pueden ser incluidos propiamente en la historia de la filosofía, sino que pertenecen más bien al panorama de la cultura general y se mueven dentro del marco del sano sentido común.[3] Cuando la filosofía se define como [] la ciencia objetiva de la verdad, la ciencia de su necesidad, de su conocer reducido a conceptos, y no por un simple opinar o devanar de opiniones,[4] Montaigne pertenece al mundo moderno pero no es un filósofo y los Ensayos como dice Hegel son: [] en parte entretenidos y en parte instructivos,[5] pero no una obra filosófica. Montaigne al responder irónicamente a la escolástica, responde por anticipado a un hipotético lector como Hegel cuando se define como: Nueva figura: un filósofo impremeditado y fortuito;[6] y su obra la considera: Ensayos, rapsodia, atavío ridículo de tan diversas piezas, extravagancia, marquetería mal ensamblada, revoltijo, inepcias.[7] El autor de la Fenomenología del espíritu inaugura una tendencia interpretativa que hace de Descartes el Anfänger de la filosofía moderna: Con Cartesio entramos, en rigor [] en una filosofía propia e independiente, que sabe que procede sustantivamente de la razón [] Esta filosofía erigida sobre bases propias y peculiares abandona totalmente el terreno de la teología filosofante [] Con Descartes comienza en efecto, verdaderamente la cultura de los tiempos modernos, el pensamiento de la moderna filosofía [].[8] Al curso y al tono de estas interpretaciones se debe que sólo en la última década del siglo XX, los Ensayos se hayan incluido en el índice de las obras filosóficas; por tanto, no resulta extraño que Montaigne aún ocupe un lugar marginal en la historia de la filosofía; el lugar que Hegel le asignó.

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