Elaborar un artículo de opinión sobre la realidad sociopolítica actual a puertas del bicentenario, respecto al papel realizado por los precursores y próceres de la independencia.
Respuestas a la pregunta
En el orden político, el conocimiento del mal es un principio de su destrucción. La capital del Perú logra desde luego, algún tanto esta ventaja; pero absolutamente carecen de ella todas sus provincias y partidos, que acaso necesitan más del vehículo saludable de la imprenta para disipar sus tinieblas, y extirpar los abusos que los oprimen, estrellándolos centra la opinión pública, que es un tribunal más temible que las huestes extranjeras” (El Investigador, n.º 29, del lunes 29 de noviembre de 1813).
“Estableced que el mérito y el crimen sean examinados públicamente, no en el secreto de un gabinete, sino con toda la publicidad posible a fin de que la opinión general, que es el juez más incorruptible, pueda proteger igualmente al pobre que al rico, al desvalido que al que goza del favor de los poderosos” (La Abeja Republicana. Lima, n.° 7, del domingo 25 de agosto de 1822).
“Una educación viciosa y servil debe ceder a las ideas del hombre libre: debe el pueblo abrir los ojos sobre sus intereses verdaderos, y debe arrancarse la máscara a los intrigantes, si queremos que el orden se establezca, y que reviva la opinión pública amortiguada” (El Nuevo Día del Perú. Trujillo, prospecto, fines de junio de 1824).
Actualmente, la cercanía de la conmemoración oficial del bicentenario de la independencia del Perú permite, en las investigaciones recientes, un nuevo foco de análisis y un conjunto de nuevas interrogantes íntimamente relacionadas a la configuración política del poder y sus implicancias sociales y culturales en los tiempos de la Independencia. Como señaló la prensa de esta época, el manejo de la opinión pública y los periódicos resultó central en una coyuntura de cambios políticos vinculados a los acontecimientos de la guerra y a la consolidación del naciente sistema democrático y la persistencia de parte de los actores políticos de su legitimidad en el poder. Mientras para El Investigador de 1813, en plena coyuntura de las Cortes de Cádiz, “la opinión pública es un tribunal más temible que las huestes extranjeras” en otras palabras, la opinión pública hace el papel de los ejércitos en el terreno de la lucha ideológica y las batallas por la legitimidad política; La Abeja Republicana, en 1822, a puertas del fin del protectorado de San Martín, comparó a la opinión pública con la opinión general y la importancia crucial de esta “como un juez incorruptible” que buscó “proteger igualmente al pobre que al rico”. A su vez, El Nuevo Día del Perú de 1824, en la pluma de Hipólito Unanue y desde Trujillo, sostenía la necesidad de abrir los ojos al pueblo, restablecer el orden y revivir en los hombres libres a la opinión pública antes amortiguada.
Indudablemente, estos testimonios ejemplifican y ponen en evidencia el papel clave de la opinión pública en la coyuntura de la independencia y en la configuración política de la nueva república. De la primavera periodística de la época de las Cortes de Cádiz pasamos en pocos años a la orgía periodística de los inicios de la república. Y, en esta propagación de la prensa y los discursos políticos, jugaron una función medular los escritores públicos; fueron estos los que ayudaron a sostener la opinión pública y los que encendieron la chispa de la revolución, la conciencia nacional, los debates y los conflictos políticos (Macera 1956).