- Elaborar un artículo de opinión siguiendo los siguientes pasos: - Identificar un tema de actualidad que haya despertado el interés en su localidad o el país (Ecuador) y que considere importante emitir una opinión personal. - Antes de redactar el texto de opinión se preguntará: ¿Qué quiero decir sobre el hecho del que voy a escribir? ¿Cuál es mi propósito al comentar sobre ese tema? ¿Qué ideas voy a presentar y con qué argumentos las voy a defender? - Elaborar las ideas principales y los argumentos que va a desarrollar en el texto. -Seleccionar y organizar sus ideas de acuerdo a la estructura del texto argumentativo. - Redactar el texto argumentativo y Recordar que en este tipo de textos debe presentar argumentos claros y convincentes que logren persuadir a los lectores acerca de las ideas que planteo. Revisar la gramática y ortografía de su texto, así como la coherencia textual y la construcción de los párrafo y Corrija los errores para ser presentado
Respuestas a la pregunta
stá dirigido a un público amplio por lo que es redactado en un lenguaje simple y accesible.
Está formado por un título, que busca captar la atención del lector, una introducción, un nudo y la conclusión.
Estructura del artículo de opinión
La estructura tradicional de un artículo de opinión comprende:
Una exposición de motivos o razones, con los que el autor ilustra su abordaje al tema y expone al lector su punto de vista.
Un cierre donde ofrece las conclusiones para convencer al lector, y que convierten a un artículo de opinión en un texto argumentativo.
Ejemplos de artículos de opinión
“Los flecos de la Guerra Civil siguen contando” por José Andrés Rojo.
Publicado en el diario El País de España, el 21 de noviembre de 2016.
El afán de saber lo que pasó reúne a gentes de muy distintas ideologías
No va a cambiar el mundo si a estas alturas nos enteramos de que hubo unos cuantos espabilados del bando franquista que cruzaron el río Manzanares unos días antes de la fecha que los historiadores han dado hasta ahora por buena, y que llegaron incluso hasta Argüelles, donde hubo escaramuzas con las fuerzas republicanas. Lo que se ha venido explicando, lo que está más o menos fijado por los estudiosos de la Guerra Civil, es que las tropas de los militares rebeldes solo consiguieron cruzar el río tras haber conquistado la Casa de Campo, y que recién lo hicieron el 15 de noviembre de 1936, unos meses después del infame golpe de julio. No les sirvió de mucho. Madrid consiguió resistir, y la guerra se prolongó.
Pero resulta que hay unos cuantos papeles que dan cuenta de que hubo un asalto anterior, tal como contaba este diario ayer en sus páginas de Cultura. Un asalto que no llegó muy lejos y que no logró fijar una posición sólida, como ocurrió después cuando las fuerzas franquistas llegaron a la Ciudad Universitaria y se enquistaron ahí hasta el final de la guerra. ¿Es esto relevante y llegará a cambiar el relato sobre la batalla de Madrid? Seguramente no, salvo que aparezcan otras evidencias de mayor peso, pero lo que de verdad importa es el hecho de volver sobre los documentos, de seguir tirando de manera incansable de los flecos, de continuar explorando. El pasado es siempre un vasto territorio desconocido, y muchos tratan de él como el que toca una compleja partitura de oído.