elabora una historieta de nuestra cultura de Perú por favorrrrrrrrr :(
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Orígenes (1873-1921) Editar
Suele citarse Primer nueva corónica y buen gobierno (hacia 1615) de Felipe Guamán Poma de Ayala como ejemplo de antigua historieta,[1] aunque la mayoría de los estudiosos de medio lo consideran un producto cultural de la modernidad industrial y política occidental que surgió en paralelo a la evolución de la prensa como primer medio de comunicación de masas, y buscan la primera historieta entre las reproducidas en ella.[2] En el caso de Perú, esto supone remontarse hasta 1873, fecha en que Dumontel firma la historieta “Fragata sospechosa a la vista” , como parte de la serie titulada "Lima a las diez de la noche" para el semanario Don Quijote.
En 1887 se funda el semanario “El Perú Ilustrado”, que hasta 1890 dará a conocer autores como Julio Gálvez (Aventuras de una suegra) y sobre todo Zenón Ramírez (autor este último del guion de un álbum humorístico en 1888.) También abunda en la prensa diaria la historieta política y anticlerical, como “El leguito Frai José” (1893 – 1895) y “Fray K. Bezón” (1907-12) de Rubén Polar.
Ya en el siglo XX, surgen nuevas revistas humorísticas e infantiles como “Actualidades” (1903-7), “Monos y monadas” (1905-6) o “Variedades” (1908-32), con obras de Pedro Challe ("Cinema” o “La semana cómica”, ambas de 1912) , Julio Málaga Grenet, Juan Marcos Sarrín (Historia del Perú en guasa”, 1916), Víctor Morey (Aventuras de Pepito u Chumbeque”, 1919) o Abraham Valdelomar.
Un nuevo lenguaje (1922-42) Editar
En los años 20 se hace sentir la influencia estadounidense con la adopción del globo de diálogo en series como El comisario Ted Micky de Gustavo Lama y Travesuras de Serrucho y Volatín, de Jorge Vinatea Reinoso, ambas de 1922, o dos años después en Mataperradas de Gordete y Calambrito de Pedro Challe.
La Edad de Oro (1947-61) Editar
Con la madurez de la tira cómica de Crose (Carlos Roose Silva). La revista que aglutinará a los historietistas del período será Avanzada (1953-1968), autores como Rubén Osorio, Hernán Bartra, Javier Floréz del Águila, entre muchos otros verdaderos maestros.
Una nueva conciencia (1962-) Editar
En los años 70 se expande la historieta alternativa, ideológica, de izquierda. Juan Acevedo es uno de los capitanes de este rumbo.
La historieta infantil Editar
Tuvo su época de oro en las décadas de los 60 y 70, primero con la revista infantil "Avanzada" y luego masivamente durante el gobierno militar con la revista de historietas "El Trome", que publicaba semanalmente el diario "Expreso". Sus abanderados eran los extraordinarios historietistas Juan Osorio y Hernán Bartra quienes pusieron su experiencia en este medio con personajes como "Coco, Vicuñín y Tacachito". A mediados de la década del 70 el diario "La Prensa", publicó el suplemento infantil Urpi donde se incluyeron también historietas infantiles como "Cuyín" (primer personaje basado en la caricatura de un cuy) de los hermanos Juan y Víctor Ataucuri García, que hoy se destacan como fabulistas y escritores, y "Pucholo" (una versión infantil de la famosa tira cómica "Serrucho" de David Málaga) del historietista Víctor Cáceres. La característica esencial de estas revistas infantiles era su gran acogida que se reflejaba en su tiraje que sobrepasaban los 100 mil ejemplares. En los 80, aparece otro suplemento infantil que acoge nuevamente a historietistas, esta vez son los hermanos Ataucuri García los abanderados de la historieta infantil, publicando durante un año una serie de historietas basadas en fábulas. "Visión Futuro" suplemento infantil, era publicado semanalmente por la revista "Visión Peruana" dirigida por César Hildebrandt y su tiraje llegó a superar los 120 mil ejemplares. Lamentablemente, luego de esas exitosas experiencias, hasta hoy no se ha vuelto a publicar revistas de gran tiraje donde se publiquen historietas infantiles. Sin duda la historieta infantil es de vital importancia, pues es la raíz sobre la que se erige toda una cultura historietística pero, desagraciadamente, en nuestro país se la menosprecia y no se le da el real valor, pues es una herramienta formativa a diferencia de las dirigidas a público mayor, que en esencia son más de entretenimiento y de humor político.