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Respuesta:
Un día afortunado
Viernes por la noche, estando tranquilamente escuchando mi programa de jazz favorito, tocaron a la puerta de mi habitación, era mi madre que me avisó que tenía visita.
A mí me pareció algo simple creyendo que era uno de mis amigos que quería alguno de mis apuntes de última hora.
Le avise a mi madre que los atendía y me incorporé para salir, me asomo por la ventana de mi habitación y veo que no son mis amigos, era Katy la chica que más me gustaba en el colegio, ella venía sola y con ropa de uso, no la escolar.
Creo que esta fue la vez que me arreglé más rápido en lo que llevo en mi vida, pues me lavé y vestí en menos de cinco minutos.
Al final salí y me encontré con ella y dentro de mí pensé –Seguro vendrá por mis apuntes–.
-- Hola cómo estás Katy
-- Hola Francisco, ¿cómo estás?, vengo con una de mis amigas a ver si querías venir a mi casa, pues se casa uno de mis hermanos y no tengo con quien ir.
--Claro, sí puedo ir, pero no veo a ninguna de tus amigas.
-- Es que está estacionando el carro, no hay espacio por aquí.
-- Está bien; entonces la esperamos para pasar a tomar algo, --Por dentro estaba más nervioso de lo que esperé--, y ella respondió que sí.
Al cabo de unos momentos llegó Ximena, la chica que más se junta con ella.
-- Hola Francisco, ¿cómo estás?, venimos a ver si nos acompañas a la fiesta de Javier, el hermano de Katia.
-- Claro --respondí de inmediato-- seguro que las acompaño.
Pasamos a la sala y les ofrecí tomar asiento y algo de tomar; pasé a la cocina y busqué en el refrigerador y no había nada, todo estaba guisado y la despensa la traía mi hermano del centro comercial y no había llegado.
Empecé a entrar en desesperación cuando por suerte mía entro mi hermana Carola que es una experta en la cocina, brevemente le explique mi problema.
Rápido hizo una pasta y encamisó unos trozos de pescado que sacó de una lata, y mientras tanto yo preparé unos refrescos.
Al final llevé a la mesa de la sala los pescados y los refrescos.
Entramos en conversación y me explicó que no tiene con quien ir a la boda de su hermano, y pensó en mí, pues nos conocemos desde hace ya mucho tiempo y nos llevamos bien.
Yo me sentía en ese momento como un niño con juguete nuevo y me sentí alagado y feliz.
Nos mantuvimos conversando un rato; se acabaron los pescaditos y los refrescos y cuando nos dimos cuenta eran las seis de la tarde, tenían que irse, pues debemos estar todos temprano en el colegio y ya se venían los exámenes finales del último semestre del bachillerato y debíamos estudiar.
Salieron e inmediatamente salí a comprar ropa para la ocasión, llegó mi hermano con los víveres y le hable a Jesús, mi mejor amigo y le dije que teníamos que salir de compras.
Nos llevamos el coche y en el centro comercial nos topamos con Katy y su amiga, quienes estaban comprando muy emocionadas ropa, y efusivamente Katy le decía a su amiga que sí acepte ir con ella, y no esperaba que le dijera que sí.
Guardé silencio y como no nos habían visto y Jesús estaba distraído, nos fuimos al otro lado de la tienda y compre un buen traje, la camisa y unos finos zapatos.
Fuimos el sábado a su fiesta y nos pasamos la velada muy bien, y más cuando descubrí que su amiga Ximena fue acompañada por mi amigo Jesús y que después de salir de mi casa se fueron a la suya para invitarlo.
Ahora que lo pienso, ¿No somos los hombres quienes debemos invitar a las mujeres?
Fin
Explicación: