el tiempo del cuento el tiempo del mar perdido
esta no la entendí nd aver si usted la entienden pero la necesito para ahorita
Respuestas a la pregunta
Respuesta: es un cuento
Explicación: El cuento se basa en la historia de Petra y el viejo Jacob. Cuando Petra, la esposa, siente un olor a rosas por la noche, lo ve como la señal de Dios, ya que ella le ha pedido a Dios que cuando su tiempo llegue que le avise con tiempo de manera que ella se pueda ir y no la entierren en el mar, asi como toda la demás gente. A la mañana siguiente le comunica esto al viejo Jacob y el no cree lo que su esposa le está diciendo y además le pide que la entierre viva, y el no cree en las cosas que le está diciendo. Ya a la hora de abrir el puesto donde antes estaba una tienda, saco una mesa para jugar a las damas. Le pregunto a un señor llamado “Máximo Gómez”. Le conto lo que su esposa había dicho y el le respondió que entonces mitad del pueblo se moriría ya que todos hablaban de eso. No le pareció su respuesta y le pregunto a Tobías, un amigo, que si lo había sentido ese olor. Y de hecho Tobías no había podido dormir hasta que ese olor llego al pueblo y los cangrejos que estaban en su cuarto lo dejaron dormir. Fue allí donde se dio cuenta de ese olor peculiar y diferente. Le pidió el viejo Jacob a Tobías que se lo explicara a su mujer y lo hizo pasar a su casa. Cuando empezó hablar con la esposa, Petra ya sabía que era lo que le venía a decir. Entonces el viejo Jacob le dijo que no era lo que ella creí que era. Desde entonces Tobías empezó a vigilar al mar - y ya que dormía afuera aprendió como Clotilde, su esposa dormía, y como el roncaba por el calor de julio - y las cosas cambiaban. El color del mar cambiaba, haci como también la espuma y lo sucio. En agosto la esposa del viejo Jacob murió. Había amanecido muerta y la tuvieron que enterrar en el mar. Tobías había seguido viendo el mar por las noches y sintió cuando el ambiente en las ráfagas de viento cambió, era otra vez el aroma a rosas. Tobías despertó a todos para que lo pudieran sentir, la mayoría de la gente del pueblo logro sentí ese olor tan rico, pero otros no lo pudieron sentir. Tobías durmió todo el día sin haber sido molestado por los cangrejos, y su esposa lo acompaño. En la noche, habían llegado tres músicos y todos se habían quedado despiertos después de las nueve. Máximo Gómez y el viejo Jacob se habían quedado jugando damas, y notaron que el olor no se iba, a Jacob no le gusto esto porque le había llegado demasiado tarde. Cuando Jacob entra a su casa le habla al espíritu de su esposa que hace seis meses se había ido. Este olor desaparece cuando vinieron músicos, pistoleros, adivinas, etc., cayeron las primeras lluvias, y el mar se puso turbio.
En una de las noches llego al pueblo un Señor muy rico en dinero, llamado Herbert. Y estaba dispuesto a darles parte de su dinero para que las personas del pueblo pudieran resolver sus problemas de dinero. Pero no se los iba a dar a si nomas, los iba a poner hacer cosas que ellos supieran bien y asi poder ganarse el dinero. Por ejemplo, a uno que podía imitar aves, lo puso hacer 48 diferentes tipos de sonidos de aves para asi poder darle a él los 48 pesos que necesitaba. Y asi como el habían muchas personas más que necesitaban dinero y los puso hacer algo parecido, dependiendo de sus habilidades. Cuando llego por fin el turno de Jacob, jugaron a las damas para que el Señor Herbert le diera los veinte pesos que Jacob quería para irse del pueblo. Pero en vez de ganar el viejo Jacob perdió y debía al señor Herbert cinco mil setecientos cuarenta y dos pesos y veintitrés de interés. El viejo Jacob le tuvo que dar su casa para pagar la deuda. El señor Herbert siguió dando dinero y un día al regresar se quedo dormido. Durmió por tanto tiempo que cuando despertó el pueblo había perdido ese encanto que el señor Herbert le había dado. Le pidió a Tobías que lo acompañara al fondo del mar a encontrar cangrejos que comer. Tobías tenía miedo de ir ya que solo muertos habitaban el fondo del mar. Pero cuando llegaron descubrieron un mundo abajo. Vieron pasar a la esposa del viejo Jacob; vieron las rosas que daba al pueblo ese olor. Vieron tortugas y las trataron de agarrar pero estas se iban rápido. En fin agarraron una de las tortugas, y cuando llegaron al pueblo, levantaron a Clotilde para que les calentara agua para comer tortuga. Pero el señor Herbert le dijo a Tobías que nunca le dijera lo que habían visto a nadie, ya que podría causar un desorden. Al terminar la cena, el señor Herbert le dijo a Tobías que ese olor de las rosas nunca volvería. Y esa noche fue que otra vez el viento cambio y desde entonces Tobías logro dormir sin que os cangrejos lo molestaran.