El texto dice si la globalización es buena o mala? ¿Por qué?
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Respuesta:
RESUMEN
Se presenta una investigación documental de diferentes
fuentes tanto del lado proclive como del contrario a la
globalización, señalando las razones que dan fuerza a ambas posiciones. Se concluye que la Globalización se ha
convertido en un proceso en el cual los intereses de unos
cuantos, principalmente grandes capitalistas arrasan a las
necesidades y aspiraciones de las grandes mayorías de la
población mundial, sin ofrecer a cambio nada que compense las situaciones desequilibradas que ocasiona y en las
que finalmente se tienen que acatar reglas no negociadas, resultado de la ausencia de una verdadera regulación
orientada hacia el logro de una sociedad más benigna y
humana.
I. INTRODUCCIÓN
En este ensayo trato de exponer algunos puntos de
vista personales acerca de los supuestos beneficios e
indudables problemas que trae consigo la globalización, a partir del análisis comparativo de las opiniones que en pro y en contra hacen distintas organizaciones y personas, además de las interpretaciones
propias. Es innegable que este fenómeno social contemporáneo trae aparejados importantes desequilibrios socioculturales, económicos y financieros, así
como también grandes aportes a la cultura, la ciencia y la tecnología.
Los problemas de ajuste o desajuste políticos, económicos y sociales que se generan por la
globalización no los abordo desde un punto de vista doctrinario o ideológico, sino más bien desde el
punto de vista del análisis genérico acerca de sus
causas y efectos, pero también de sus defectos y
omisiones.
Hablar de la globalización resulta tema obligado hoy en día. Parece que todo mundo está de
acuerdo en que ésta es un fenómeno social contemporáneo, producido esencialmente por los enormes
adelantos de la ciencia y la tecnología, particularmente los relacionados con la comunicación y la
electrónica, pero que se nutre esencialmente o a los
que se agregan las aspiraciones hegemónicas de las
empresas transnacionales o mundiales que representan a los países, también hegemónicos, consolidados a partir del Siglo XIX.
Pero referirnos en términos tan simplistas
acerca de la globalización sólo conduce a producir
errores no sólo de enfoque, sino también de significados. La globalización no es nueva, es un fenómeno
social que se remonta a los orígenes de la civilización
y más allá de ésta, cuando las primeras sociedades
adquieren la capacidad de organizarse y de generar
productos susceptibles no sólo para satisfacer sus
necesidades básicas, sino también para intercambiarse por otros que complementaran las aspiraciones socialmente desarrolladas a través del tiempo y
de la convivencia social.
La madurez progresiva de los grupos sociales introdujo necesariamente la especialización dentro de las formas organizativas de los asentamientos
humanos, formas en las que por naturaleza, eran dirigidas o lideradas por aquellos que resultaban más
astutos o fuertes y que, finalmente, eran los que
imponían las normas y reglas de comportamiento a
las que habrían de sujetarse los miembros de las
comunidades y de los dependientes de ellos.
Así, la política y el comercio tienen su origen
en la capacidad de ejercer el poder, el liderazgo y el
mando, así como de producir y generar intercambios
entre las personas. La generación de intercambios
o trueques, se torna en una actividad cada vez más
estilizada, compleja y especializada que trasciende
las fronteras de las pequeñas o grandes comunidades, acelerando los procesos productivos y la generación de nuevas formas de organización. El más
fuerte, que demandaba parte de las ganancias de
los productores (artesanos, agricultores o productores pecuarios), se hacía cada vez más poderoso y
acrecentaba sus sueños de establecer hegemonías
de carácter local, y más allá de las fronteras conocidas.
El comercio y el poder político (permítaseme
utilizar este término) basado en la ambición son, en
síntesis, el motor que ha movido históricamente a
los pueblos de la humanidad en sus distintas etapas
de evolución. El comercio, la acumulación de riquezas, la ambición y el poder, han roto las fronteras
naturales y las artificialmente establecidas por los
grupos humanos, configurando, como en la actualidad, fronteras ideológicas que son identificadas no
por una lengua o idioma, sino por una marca o un
logotipo.
Explicación: