El término IMPERIALISMO comienza a emplearse a mediados del siglo XIX en el contexto de la expansión industrial y demográfica de algunas naciones europeas, lo cual proyecta a nivel mundial. Este proceso y su impacto en las naciones colonizadas han constituido uno de los fenómenos clave de la historia contemporánea. El concepto de Imperio, que anteriormente había tenido connotaciones geográficas y políticas, pasó a convertirse en un instrumento ideológico. Los imperios pre-industriales se asentaban en la extracción y comercialización de metales preciosos y productos exóticos de alto valor comercial. A partir de 1870, el expansionismo de las naciones europeas, a las que se incorporan Estados Unidos y Japón, presenta rasgos cualitativamente distintos: hay extracción de materias primas para la industria, hay exportación de capitales y población, se genera búsqueda de mercado para las manufacturas y ampliar el comercio, surgimiento de un signo de poder y estatus para las naciones colonizadoras, y varios conflictos derivados de la ocupación de zonas estratégicas del planeta. Los políticos que vivieron el proceso colonizador, como el francés Jules Ferry y el británico R. Kipling, destacaron el aspecto civilizador, la supremacía del hombre blanco y el derecho a ocupar los recursos disponibles, sin importar el espacio geográfico en que se encontraban. Con posterioridad, historiadores de distintas tendencias señalan que la expansión se debió a intereses económicos, y que ésta no favoreció al conjunto de la población de los países imperialistas sino a una minoría conformada por empresarios financieros y propietarios de industrias.
Para Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, teórico marxista ruso, artífice de la Revolución Rusa, la libre competencia,
propia del capitalismo, en esta fase mundial, fue sustituida por el monopolio, cuyo ejercicio permite que se
exporten capitales en lugar de mercancías y, a la vez, que el mundo se reparta entre grandes asociaciones
monopolistas y grandes potencias que les sirven de instrumento. Sin negar la importancia de los factores
económicos, otros historiadores han hecho hincapié y subrayado la importancia de otros elementos en el
desarrollo del Imperialismo, como fueron la búsqueda de poder, de gloria y prestigio entre la comunidad de
naciones, y el misionerismo religioso. En resumen, del debate sobre las diferentes posturas frente al tema se
puede concluir la importancia del factor económico acompañado de otros móviles como el prestigio, la presión
demográfica y la misión civilizadora que Europa pretendía imponer y extender al resto del mundo. De lo anterior
se colige que los procesos históricos no responden solo a una causa, sino que se entrecruzan factores diversos
que conducen a su desarrollo, por lo cual, en un análisis, es necesario considerar las distintas variables en juego.
Sin duda, otro factor importante en el desarrollo del imperialismo estuvo relacionado con la exaltación delos
nacionalismos, es decir, con la necesidad de reafirmar las identidades nacionales y otorgarles un status en la
sociedad internacional. En este contexto podemos mencionar la situación de Alemania e Italia, en ese momento,
países recién unificados, que buscaron alcanzar posiciones importantes a través de la ocupación de territorios
en ultramar, especialmente en África.
En el texto hay distintas posturas sobre el desarrollo del Imperialismo, sintetice cada una de ellas.
iureduran:
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