Castellano, pregunta formulada por Squeibot, hace 8 meses

El tema del cuento los dos reyes y los dos laberintos

Respuestas a la pregunta

Contestado por asoledadgongora
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Respuesta:

ste relato es uno de los diecisiete cuentos del “Aleph” (1949), una de las obras cumbre de Jorge Luis Borges. El laberinto aparece como eje central en toda la obra de Borges; lo tenemos en «La biblioteca de Babel», en el relato titulado «La casa de Asterión» y en «Los dos reyes y los dos laberintos». Pero no es una temática exclusiva de Borges; desde los comienzos de la literatura hasta nuestros días el laberinto se muestra como símbolo de confusión, de lo enigmático del destino, de prisión que priva al hombre de libertad, de soledad, de búsqueda y de maravilla (dice Borges en «Los dos reyes»). «El mito del minotauro, el laberinto y Dédalo», por ejemplo. O el cuento de Hans Christian Andersen «Hansel y Gretel», «El nombre de la rosa» de Umberto Eco y «Alicia en el país de la maravillas» de Lewis Carroll son muestras de la presencia del laberinto en la literatura.

«Los dos reyes y los dos laberintos» es un breve relato que trata dos temas. Por un lado la soberbia que muestra el rey de Babilonia al construir el laberinto (un laberinto no natural, sino hecho por la mano del hombre); con esto atenta contra Dios porque “la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios”. Por otro, el tema de la venganza; el rey de Arabia se siente vejado y su venganza es tremenda “estragó Babilonia” y apresó al rey. Aparece otra vez el tema del laberinto, pero esta vez como un laberinto “natural” no hecho por los hombres sino obra de Dios; es el desierto, donde la venganza se cumple.

LOS DOS REYES Y LOS DOS LABERINTOS

Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: «Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso». Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed.

La gloria sea con aquel que no muere.

Explicación:

Mucha suerte Hechale Ganas

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