El significado de la frase " dijo a asu madre mujer he ahi tu hijo despues dijo al discipulo he ahi tu madre "
Respuestas a la pregunta
Analizando la frase ''Dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo; después dijo al discípulo: He ahí tu madre'', la misma significa lo siguiente:
- En la frase, Jesús, le pide a Juan que cuide a su madre, asimismo, se muestra esa relación fundamental entre la madre y el hijo.
¿Por qué Jesús nos entrega a su Madre?
Jesús nos entrega a su Madre para que, de cierta manera, cuidemos de ella y para que ella cuide de nosotros. El mismo afianza y realza ese vínculo existente entre la madre y un hijo.
En la biblia se muestra la siguiente frase:
- ''Dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo; después dijo al discípulo: He ahí tu madre''
En la misma se evidencia como Jesús le dice que Juan que cuide de su madre, y mediante esto Jesús busca realzar la importancia de la relación entre madre e hijo, además, nos entrega a la Madre para que cuide de nosotros.
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#SPJ4
Respuesta:
De todos los discípulos de Jesús, sólo uno estuvo con él durante el proceso judicial. Pero, para ser justos, debemos decir que no tuvo que enfrentarse a las autoridades judías ni a las romanas. La tradición nos dice que entró al patio de la casa del Sumo Sacerdote porque conocía a su familia. Este discípulo fiel es llamado “el discípulo amado” en el evangelio que lleva su nombre. Allí se indica que su relación con Jesús era tan cercana que acostumbraba recostar su cabeza sobre el pecho del Maestro. Este discípulo amado no es otro que Juan, el mismo que recibió a María en su casa después de la muerte de Jesús.
Muchas conjeturas se han hecho sobre por qué Jesús le encomendó el cuidado de su madre a Juan. Algunos dicen que sucedió porque José había muerto, lo cual probable. Otros dicen que sucedió porque Juan era hijo de Zebedeo y Salomé, la hermana de María. Por lo tanto, Juan era primo-hermano de Jesús. Esto también es probable. Pero se me antoja pensar que la razón es aún más profunda. Veamos lo que dice el Evangelio de Juan, capítulo 7, versículo 5: “Porque ni aún sus propios hermanos creían en él [Jesús]”.
María fue encomendada por Jesús a su discípulo Juan porque fue rechazada por su familia a causa de su fe. La madre fue echada a un lado por la falta de fe de sus hijos.
Esto tiene dos ribetes importantes. En primer lugar, vemos una vez más que el Evangelio es un mensaje para aquellas personas que son rechazadas. Es palabra de Dios para quienes no tienen lugar en la sociedad. Es buena noticia para el que está desamparado y necesita consuelo, ayuda, protección y abrigo. Al morir Jesús, María quedaba desamparada. Por eso Jesús le brinda protección.
Sí, escuchó bien, el Crucificado aún en su dolor puede consolar y proteger al desamparado.
En segundo lugar, debemos señalar que la experiencia de María y Juan es la vivencia de muchos de nosotros. Nuestra familia más cercana es la familia de la fe. Al colocar a su propia madre al cuidado de un discípulo suyo, Jesús inaugura una nueva comunidad: la iglesia. Esa iglesia de Cristo es la que ama y cuida al necesitado; la que se preocupa por el desamparado; la que consuela al afligido. Esa es la iglesia donde todos somos hermanos y hermanas, en el nombre del Señor.