El PROHIBICIONISMO Y EL RACISMO
Respuestas a la pregunta
EL PROHIBINISMO Y EL RACISMO
Sistema económico según el cual debe impedirse que salgan de una nación aquellos productos respecto a los que haya temor o probabilidad de que escaseen.
Sistema que prohíbe entrar en una nación determinadas mercancías extranjeras.
EL RACISMO :P
Conjunto de leyes de E.U.A. que prohibían la elaboración, venta, importación y transporte de bebidas alcohólicas.
El primer artículo de la convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (1965) define al racismo como: «toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública»
Respuesta:
La política nacional e internacional de los Estados Unidos frente a las drogas está fundada sobre el prohibicionismo. Esto supone el control y la persecución de la producción, comercialización y consumo de la mayor parte de drogas psicoactivas, exceptuando aquellas que como el alcohol y el tabaco tienen una larga historia de aceptación social en el mundo occidental. Estados Unidos ha usado tanto la persuasión como la coacción para extender ese prohibicionismo a prácticamente todo el planeta, y así ha quedado consagrado en las convenciones multinacionales de 1961, 1972 y 1988.
En el ámbito internacional, el principal instrumento para llevar a efecto la prohibición de las drogas es el control en la fuente, es decir, que se procura acabar con las drogas en el lugar mismo de producción o durante su viaje a los mercados consumidores. De conseguirse este propósito, se eliminaría la posibilidad de que los consumidores accedieran a las drogas, o en su defecto se las encarecería tanto que la mayoría de los consumidores no estarían en condiciones de financiar su compra. Son muy comunes las críticas en el sentido de que el gobierno estadounidense privilegia los aspectos represivos de la política antidrogas, en lugar de luchar contra el origen del problema, que estaría en el consumo. Para apoyar esta idea suelen citarse las cifras del presupuesto antidrogas del gobierno federal, que en efecto muestran una participación mucho mayor de los gastos dirigidos a reprimir la producción, mientras que el consumo o la represión del tráfico dentro del territorio de los Estados Unidos tiene una participación muy inferior. Se entiende además que es muy difícil penalizar y castigar las actividades relacionadas con el consumo, debido a que están enmarcadas dentro de las libertades propias de cada individuo, y en cambio es mucho más fácil establecer los delitos y penas correspondientes a la producción y comercialización de drogas.
De otra parte, existen sectores muy diversos que defienden diferentes formas y grados de la legalización de las drogas. En general, los legalizadores insisten en que la guerra de las drogas ha sido un gran fracaso, pues, pese a los grandes recursos en ella invertidos, los mercados cuentan con más drogas, a precios más económicos, que nunca. Afirman además que lo grave no es tanto el consumo de drogas, como el consumo de drogas que han sido adulteradas por vendedores inescrupulosos que debido a su participación en el mercado negro no son objeto de control alguno. Sostienen que en todo caso la ley no puede regular comportamientos que solo pueden causan daños a sus agentes, sin afectar a otros. Y si bien el consumo puede crecer inicialmente tras la legalización, luego se estabilizará, como ocurre con las demás drogas psicoactivas legales. Finalmente, la legalización eliminaría las grandes ganancias generadas en ese negocio, acabando así con los grandes grupos criminales vinculados al tráfico de drogas.