Historia, pregunta formulada por sarabeomlol, hace 16 horas

el proceso de adaptación​

Respuestas a la pregunta

Contestado por locaeli13
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Respuesta:

Es el conjunto de situaciones, emociones y procesos psicoafectivos que se producen, en los niños y niñas, como conjunto de respuestas ante una nueva situación desconocida para ellos.

Al ser un proceso, ellos serán los protagonistas, puesto que tendrán que elaborar sus propias y peculiares estrategias de afrontamiento: elaborar el proceso de separación de sus figuras de apego, establecer nuevos vínculos afectivos con adultos y otros niños, emprender relaciones con el nuevo entorno y sus dinámicas, iniciarse en la expresión de sus emociones y necesidades,…

Este proceso comprende desde que los niños y niñas se incorporan al centro educativo, hasta que se consigue el equilibrio, la tranquilidad, la confianza y la formación de vínculos emocionales. No tiene una temporalización concreta, sino que depende de cada niño, por ser un proceso único y personal.

La incorporación a la escuela, un lugar desconocido, produce sentimientos de abandono y pérdida. Pérdida de su mundo de referencia, de sus personas de apego, en definitiva, su casa y su familia, donde se sienten seguros y queridos. De abandono, porque carecen de noción temporal desarrollada, por lo que no tienen capacidad para predecir cuando van a volver a buscarlos sus familiares. Expresar estos sentimientos es una reacción totalmente sana, no debemos intentar evitarla. Solo los protagonistas podrán superarla, convirtiéndose en su conquista personal.

Cada pequeño reacciona de una manera: pueden darse comportamientos de timidez, algunos se quedan pegados al adulto, otros se aíslan o inhiben, no quieren relacionarse con otros niños; pueden expresar tristeza, llantos, rabietas, rechazo al adulto, en los momentos de separación de la familia, en la entrada, durante el día o en la salida; incluso fuera del centro, pueden darse comportamientos atípicos como no querer separarse ni un instante de los familiares más directos, no comer o dormir bien, despertar bruscamente, tener pesadillas, regresión en el control de esfínteres; expresar sus conflictos a través del cuerpo (tener fiebre, vómitos,…).

Frente a este conflicto interno que están viviendo, les ayudará la serenidad de los adultos que les cuidan, proporcionándoles la seguridad y el apoyo que contribuirá a ir calmando sus temores. La familia y los centros de educación infantil compartimos la grata tarea de cuidar y educar a los niños y niñas.

Todos estos comportamientos irán desapareciendo paulatinamente, a medida que el pequeño vaya evolucionando en su proceso y vaya, por lo tanto, resolviendo su adaptación. En poco tiempo se sentirán seguros, confiados, tendrán nuevos amigos, volverán a comer con ganas, dormirán a pierna suelta, jugarán alegremente y comenzarán a mantener relaciones de afecto con sus educadores e iguales, formando parte su primer grupo social, aceptando el medio educativo voluntariamente, percibiendo que es un contexto en el que disfrutar.

Necesitan tiempo, contextos enriquecedores y apropiados en la escuela, el mantenimiento de las rutinas, que les ayuden a anticipar lo que va a ir ocurriendo a lo largo del día y en qué momento se dará el reencuentro con sus familias.

Este proceso, tan complejo para niños y niñas, también lo es para madres y padres. La decisión de escolarizar a los hijos puede provocar sentimientos ambivalentes: siendo conocedores de lo idóneo de llevar a los niños a un centro de educación infantil, puede producir tristeza, angustia, pérdida e incluso celos, provocados por un sentimiento de culpabilidad, derivado de no atenderles ellos en exclusiva, ya sea por decisión propia o por exigencias de la situación familiar.

Observar las dificultades de los hijos y las propias puede hacernos dudar de si merece la pena.

Es conveniente aceptar y tolerar estos sentimientos como naturales y humanos, no negarlos ni tratar de evitarlos, sino tratar de aliviarlos depositando nuestra confianza plena en el centro educativo y sus profesionales. Siempre queremos lo mejor para nuestros hijos: confiemos en nuestras propias decisiones, sobre todo si están basadas en el conocimiento de los criterios pedagógicos, la organización, la metodología, las posibilidades de comunicación, las instalaciones, … del centro elegido.

Por otra parte, los centros de educación infantil deben tratar de adaptarse a la individualidad de cada niño y niña, respetando su propio ritmo y tratando de acogerles con comprensión y cariño; estableciendo un clima de buena comunicación, en el que se sientan entendidos en la expresión de sus sentimientos y estando cerca de ellos para transmitirles seguridad.

Explicación:

espero te ayuude :D

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