el primer dialogo de romeo y julita
Respuestas a la pregunta
Respuesta:ROMEO
Si con mi mano, por demás indigna, profano este santo relicario, he aquí la gentil expiación: mis labios, como dos ruborosos peregrinos, están prontos a suavizar con un tierno beso tan rudo contacto.
JULIETA
Buen peregrino, injusto hasta el exceso sois con vuestra mano, que en esto solo muestra respetuosa devoción; pues los santos tienen manos a las que tocan las manos de los peregrinos, y enlazar palma con palma es el ósculo de los piadosos palmeros.
ROMEO
¿Y no tienen labios los santos, y labios también los piadosos palmeros?[1]
JULIETA
Sí, peregrino, labios que deben usar en la oración.
ROMEO
¡Oh! Entonces, santa adorada, deja que hagan los labios lo que las manos hacen. ¡Ellos te rezan, accede tú para que la fe no se cambie en desesperación!
JULIETA
Los santos no se mueven, aunque accedan a las plegarias.
ROMEO
Pues no os mováis, mientras recojo el fruto de mis preces.
VERSIÓN DE PABLO NERUDA
ROMEO
Si yo profano con mi mano indigna
este santuario, mi castigo es éste:
¡mis labios peregrinos se disponen
a borrar el contacto con un beso!
JULIETA
¡Injusto con tu mano, peregrino,
eres, porque ella se mostró devota!
No olvides que los santos tienen manos
y que se tocan una mano y otra
y palma a palma en el sagrado beso
de los romeros en la romería.
ROMEO
¿No tienen labios, santos y romeros?
JULIETA
¡Sólo para rezar, ay, peregrino!
ROMEO
¡Entonces, dulce santa, que los labios
hagan también lo que las manos hacen!
¡Ellos ruegan, concédeles la gracia
y así no desesperen de su fe!
JULIETA
¡Los santos no se mueven, aunque otorguen!
ROMEO
¡Entonces no te muevas, que mis ruegos
van a obtener la gracia que esperaban!
VERSIÓN DE WILLIAM OSPINA
ROMEO
Si con mi mano indigna profano este sagrado
Santuario, es un pecado de mi amor, y por eso
Mis labios, peregrinos en rubor, he acercado
Para expiar ese roce con el más tierno beso.
JULIETA
Buen peregrino, agravias a tu mano inocente
Que en su devoción muestra sus afectos sinceros,
Los santos tienen manos que toca el penitente
Y uniendo palma a palma se besan los palmeros.
ROMEO
Dime, ¿y no tienen ellos unos labios humanos?
JULIETA
Sí, peregrino, labios para rezar, quien quiere.
ROMEO
Deja que hagan los labios lo mismo que las manos,
Para que así la fe no tiemble y desespere.
JULIETA
Los santos no se mueven, aunque accedan al juego.
ROMEO
Deja, pues, que recoja los frutos de mi ruego.
Explicación: