el poema central del pensamiento cristiano
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Elisa, ya el preciadocabello, que del oro escarnio hacía,la nieve ha demudado.¡Ay! ¿Yo no te decía:«Recoge, Elisa, el pie que vuela el día?» 5Ya los que prometíandurar en tu servicio eternamente,ingratos, se desvían,por no mirar la frentecon rugas afeada, el negro diente 10¿Qué tienes del pasadotiempo, sino dolor? ¿Cuál es el frutoque tu labor te ha dado,sino es tristeza y luto,y la alma hecha sierva al vicio bruto? 15¿Qué fe te guarda el vano,por quien tú no guardaste la debidaa tu bien soberano?¿por quién, mal proveída,perdiste de tu seno la querida 20prenda? ¿por quién velaste?,¿por quién ardiste en celos? ¿por quién uno,el cielo fatigastecon gemido importuno?¿por quién nunca tuviste acuerdo alguno 25de ti misma? Y agora,rico de tus despojos, más ligero.que el ave, huye; y adoraa Lida el lisonjero;tú quedas entregada al dolor fiero. 30¡Oh, cuánto mejor fuerael don de hermosura, que del cielote vino, a cuyo erahabello dado en velode santidad, ajeno al polvo, al suelo! 35Mas hora no hay tardía;¡tanto nos es el cielo piadoso!en cuanto dura el día,el pecho hervorosoen breve del dolor saca reposo. 40Que la gentil señorade Mágdalo, bien que perdidamentedañada, en breve horacon el amor fervientelas llamas apagó del fuego ardiente». 45