el motivo por el que la justicia ordinaria juzga a Feliciano Valencia es por:
a:el destacado a las decisiones que en su caso tomaron las autoridades indígenas
b:la protesta que el adelanto debido a las estigmaciones sobre los indígenas
c:la convocatoria que hizo para rechazar la persecución a los pueblos indígenas
d:la detención de un soldado del ejército infiltrado en la movilización indígena
Respuestas a la pregunta
- Respuesta:
- a Valencia. El Tribunal Superior de Popayán había tumbado la decisión de un juez de absolverlo por los delitos de secuestro y tortura que según el Tribunal sufrió al cabo tercero del Ejército Jairo Danielo Chaparral el 14 de octubre de 2008, en medio de la Minga indígena.
La versión del cabo es que fue secuestrado por los indígenas viajaba en un bus por la vía Panamericana con destino hacia la base militar de Tolemaida, vestido de civil y sin armas, aunque tenía en su maleta un camuflado. Y que el bus fue interceptado y requisado por la guardia indígena.
“Me encerraron en una jaula por tres días y dos noches, me golpearon con sus palos”, agregó el cabo Chaparral. “Él (Feliciano Valencia) dirigía todo lo que sucedía conmigo, se comunicaban con él por celular y luego él se presentó en varias ocasiones”.
“Los sujetos tenían el rostro cubierto, bastón de mando y machetes, lo abordaron, lo obligaron a subir a una camioneta, lo golpearon y lo trasladaron a una vivienda del cabildo donde permaneció retenido durante 14 horas”, dijo la Fiscalía.
Esa versión contrasta con la de los Nasa. Según Nelson Lemus, consejero de la Cric, el cabo no solo no estaba desarmado sino que tenía también un radio de comunicaciones. “Se vino a hacer inteligencia, a entrometerse en asuntos internos de la organización. Él no tenía por qué estar ahí” dice.
Como él, varios otros líderes indígenas como Aída Quilcué, consejera del Cric para el momento de los hechos, han dicho que el soldado estaba infiltrado.
Esa sospecha se debe, en buena medida, a que justo antes de esa movilización el entonces Presidente Álvaro Uribe hizo un consejo comunitario y le dijo lo siguiente al comandante de la Policía del Cauca, como muestra el documental Robatierra:
“¿Hay manera de hacer un trabajo de inteligencia y pago de recompensas por información a invasores? Ofrescámozlas, eso ha sido muy útil en el país. A uno le dicen, no, es que esa gente es muy unida, nadie va a delatar al otro. ¡Mentiras! Los delincuentes terminan rotos”.
Tras la retención del cabo Chaparral, la guardia indígena lo entregó a las autoridades indígenas que estaban reunidas en el cabildo de La María, organizando la Minga. Según Lemus, eran unas 120 organizaciones y al menos 80 gobernadores indígenas. cuando llegó el cabo, la comunidad asumió el caso, lo detuvo y le impuso una pena de 20 azotes y un baño en plantas medicinales para “armonizarlo”.
“Fue una decisión de la colectividad, que se tomó en conjunto entre las autoridades y la comunidad. (Feliciano) ni siquiera tenía el cargo de gobernador. Se está sancionando al que no es”, dice Lemus.
Los líderes indígenas no solo lo leen como una injusticia, sino como un ataque.
“Lo interpretamos como una persecución que va en contra de nuestra organización indígena contra la autonomía de los pueblos, contra el reconocimiento de nuestra jurisdicción. Todos somos Feliciano en este momento en La María”, dice Germán Valencia, hermano de Feliciano y coordinador dea será decisivo en muchas zonas rurales una vez se firme un Acuerdo Final en La Habana pues es una de las organizaciones sociales que ha demostrado mayor capacidad de hacerle contrapeso a la influencia de las Farc. Y eso, en un departamento tan complejo pero fundamental para la implementación de un eventual Acuerdo Final como es el Cauca, es una muestra más de que ese aterrizaje no va a ser sencillo.
CONTEXTO
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Octubre 19, 2014
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Respuesta:
c. la detección de un saldado de ejército infiltrado en la movilización indígena
porque Feliciano Valencia fue judicializado por un caso en el qué el declaró inocente en primera instancia, por la detección de un soldado del ejército nacional. , quién se infiltró en las movilizaciones indígenas del 2008 con material explosivo y de intendencia, con el objetivo de estigmatizar y hacer ver la propuesta indígena como hecho delictivo, por el cuál el soldado fue juzgado por la comunidad.