El metano es un gas de efecto invernadero muy importante. ¿De qué manera está relacionado este gas con el ciclo del Carbono? ¿Qué alternativa propones para el control de las emisiones de este gas?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El gas natural, compuesto principalmente de metano, es el combustible fósil más limpio. Cuando el metano se produce a partir de fuentes no fósiles, como los residuos de alimentos y los residuos verdes, puede extraer literalmente el carbono del aire. El metano ofrece un gran beneficio al medio ambiente, ya que produce más energía calorífica y lumínica por masa que cualquier otro hidrocarburo o combustible fósil, como el carbón o la gasolina refinada a partir del petróleo, y produce mucho menos dióxido de carbono y otros contaminantes que contribuyen a la formación del smog y del aire insalubre. Esto quiere decir que cuanto más gas natural se use, en lugar de carbón, para generar electricidad o en lugar de gasolina para los automóviles, camiones o autobuses, menores serán las emisiones de gas de efecto invernadero o los contaminantes relacionados con el smog.
Sin embargo, el metano que se libera a la atmósfera antes de que se queme es perjudicial para el medio ambiente. Como puede atrapar el calor en la atmósfera, el metano contribuye al cambio climático. Aunque la duración del metano en la atmósfera es relativamente corta comparada con la de otros gases de efecto invernadero, es más eficaz a la hora de atrapar el calor que esos otros gases. Y a pesar de que existen procesos naturales en el suelo y reacciones químicas en la atmósfera que ayudan a eliminar el metano de la atmósfera, es importante que todas las actividades que realiza el ser humano y que pueden contribuir a emitir metano en la atmósfera se realicen de forma que estas emisiones se reduzcan. Por ejemplo, se pueden desarrollar procesos para capturar el metano que de otro modo se liberaría a la atmósfera y usarlo como combustible. En particular, el metano de las plantas de tratamiento de aguas residuales o de las lecherías puede capturarse y usarse como combustible para reducir la cantidad de metano que entra en la atmósfera, y además disminuye la dependencia de los combustibles fósiles.
Explicación:1. Ser conscientes del impacto de las emisiones de CO2
El calentamiento global causado por el dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por los seres humanos desde la revolución industrial es una realidad constatada. El Acuerdo de la Cumbre del Clima de París (COP 21), firmado por 195 países más la Unión Europea (UE), pretende ser el arranque definitivo para concienciar a la comunidad internacional y a los ciudadanos de que hay que tomar medidas.
2. Reducir el uso del coche privado
Conducir 50 kilómetros menos cada semana, reduce en 450 kilógramos la emisión de CO2. El uso masivo de combustibles fósiles es el principal responsable de las emisiones de CO2. Uno de sus mayores causantes es el transporte por carretera: en España produce el 25% de las emisiones domésticas totales (en Europa, el 20%). La ecuación es sencilla: a menos uso del coche, menos emisiones. Si no queda otra que utilizarlo, al menos aprovecharlo al máximo, compartiendo su espacio con otros ocupantes, y practicar un estilo de conducción «ecológico».
3. Practicar una movilidad sostenible
Frente al empleo del automóvil, la opción pasa por usar el transporte público y exigir que haya más y que sea más ecológico. Siempre que sea posible, es preferible ir a pie o en bicicleta en todos los desplazamientos, tanto de ocio como para ir al trabajo e, incluso, la opción de no desplazarse gracias al teletrabajo.
4. Aumentar nuestra eficiencia energética
Ajustar el termostato 2 grados menos en invierno y 2 grados más en verano permite reducir las emisiones de CO2 en 900 kilógramos. Poner dos lavadoras a la semana con una temperatura de 40 grados reduce la emisión en 225 kilogramos de CO2. Siendo eficientes energéticamente, mantenemos el confort y nuestras necesidades cubiertas, a la vez que reducimos el gasto en energía y, con ello, las emisiones de CO2.
5. Consumir energía renovable
Una de las ventajas ambientales de las energías renovables es que no emiten CO2. Los consumidores pueden hacer uso de ellas al instalar en su casa un sistema de autoconsumo con paneles solares o al contratar alguna de las cada vez más numerosas empresas comercializadoras de electricidad renovable.6. Seguir una dieta con baja huella de carbono
Los alimentos son responsables de, al menos, el 20% de los gases de efecto invernadero. Este porcentaje podría ser incluso mayor si se tuvieran en cuenta las fuentes de emisión indirectas, según diversos estudios. Seguir una dieta baja en carbono no solo beneficia a la salud, sino también al medio ambiente. Para ello, hay que evitar los productos que necesitan más energía o recursos naturales, se transportan desde lejos o requieren de un complejo envasado.