El maestro Enrique organizó con sus alumnos una visita al Museo de Historia Natural para que descubrieran el
valor de la vida. Los niños pasaron por diversas salas y conocieron la grandeza del universo, pero sobre todo lo
maravilloso de la vida en el planeta Tierra. Los niños estaban admirados y el maestro aprovechó para decirles que
la humanidad tenía una parte muy importante en la conservación de todo lo que estaban viendo. También les dijo
que ningún ser humano tenía derecho a destruir la vida y la naturaleza sólo por capricho.
Después los llevó a una sala donde se mostraba a todos los animales que habían desaparecido del planeta por
irresponsabilidad del ser humano. Les dijo: “Estos animales y plantas tenían que seguir viviendo, pero se han
extinguido por culpa del hombre.
Cuando el ser humano se deja llevar por el egoísmo y un simple deseo de destrucción, no sólo es capaz de destruir
el mundo sino también a sí mismo”. El recorrido del museo se hacía cada vez más interesante. El maestro se volvió
a detener frente a una vitrina que mostraba el desarrollo de un pollito. Los niños se quedaron maravillados, pues
nunca habían visto con tanta claridad cómo la vida se va desarrollando poco a poco, hasta permitir el nacimiento
de un pajarillo.
El maestro Enrique les explicó que la vida era un milagro de la naturaleza y para quienes creían en Dios, un milagro
de Dios. Uno de los niños preguntó: “Este caso del pollito de la vitrina es uno, pero ¿cómo se forman los demás
pollitos?”. El maestro le contestó: “Todos los seres vivos siguen siempre un mismo proceso de desarrollo y
formación. Así como este pollito, todos los pollitos tienen el mismo desarrollo hasta salir del cascarón”. Otro de
los niños hizo otra pregunta: “¿Cómo nos desarrollamos los seres humanos?”. Para contestar la pregunta el maestro
los llevó a otra sala.
En ella se mostraba, con fotografías, el desarrollo de la vida humana en el vientre materno. El maestro les explicó:
“Todos ustedes, sus padres, sus amigos y yo tuvimos el mismo desarrollo. Nuestra vida comenzó desde que se
juntaron un espermatozoide de nuestro papá y un óvulo de nuestra mamá. En ese momento, a partir de la
fecundación, comenzó nuestra vida. Nuestra vida ya era maravillosa. Nuestro cuerpo se iría formando poco a poco,
pero ya estábamos vivos”.
Después de esa explicación los niños fueron siguiendo con atención las fotografías de la sala y observaron cómo
el ser humano poco a poco va tomando forma y va creciendo en el interior de su madre. Uno de los niños dijo:
“Ahora voy a querer más a mi mamá, porque ella fue como la casita que me protegió desde el primer momento de
mi vida hasta mi nacimiento”.
Antes de salir del museo el maestro les hizo una última reflexión: “Hoy hemos aprendido que tenemos que cuidar
la vida de animales y plantas, pero sobre todo la vida del ser humano. Todas las leyes tienen que proteger la vida.
Lamentablemente hay personas egoístas que quieren destruir el mundo y la vida humana. Hay quienes quieren
interrumpir el proceso de la vida humana en el vientre de su madre”. Los niños entendieron la lección y colocaron
en su escuela un gran letrero que decía: “¡La vida es un milagro y las leyes deben protegerla siempre! ¡Cuida el
mundo y no le niegues a nadie la vida! ¡No destruyas la vida con el aborto!”.
Escrito de Jesús Aguilar
1. Explica qué sucedió en el museo de historia nacional.
2. ¿Cuál es la explicación que da el maestro Enrique a los niños sobre el valor de la vida?
3. Explica la última reflexión del maestro antes de salir del museo.
4. ¿Cuál es el mensaje central del texto, y cómo este se relaciona con la Iglesia como promotora de la vida y
la dignidad humana?
5. ¿De qué manera, desde nuestra familia podemos contribuir en la promoción de la dignidad humana?
6. ¿Qué opinas sobre la afirmación “la Iglesia ha estado comprometida en la promoción de las personas”?
Respuestas a la pregunta
Contestado por
2
Respuesta:
eso lo tienes que hacer con tu opinión
Explicación:
no con los demas
aguadecomer:
me da flojera
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4
Respuesta:
kokokokokokkkokokookoko
Explicación:
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