El Inmortal
(Año 3520) escrito por Andrés Garza e
identifica y colorea el inicio de color AZUL, el
desarrollo o nudo en color VERDE y el
desenlace o final en AMARILLO,
Yo era un fiel seguidor del culto de los D ́Bari. Se cuenta que hace cientos de años, un grupo de cultos recibió una
visión del gran dios Dorime, quien les dijo que tenían que construir una Ciudad en un lugar donde sólo la gente con la
Visión podría encontrarla, y si lo hacían, se volverían Inmortales. Los D ́Bari viajaron por todo el mundo hasta que
encontraron el lugar indicado. Dorime les dio una fuente para el Centro de su Ciudad, y si la bebías te convertirías en
alguien capaz de engañar a la muerte por los siglos de los siglos.
La gente dice que sólo es una leyenda, pero la gente como yo cree que todavía existen. El mundo ya no es como lo era
hace años, los Gobiernos silencian todo lo que les provoca miedo, la libertad de expresión, todo, incluso la tecnología.
Sólo las personas con alto rango en la sociedad pueden viajar a otras regiones.
Yo era profesor en la Universidad de Westminster cuando el Presidente de mi nación me llamó. Él no tenía una razón
para hacerlo, pero al ver su cara cuando entré a su oficina, comprendí lo que me iba a decir. Había decidido que él me
enviaría a mí y al resto de los creyentes en los D ́Bari a buscar la Ciudad Perdida de los Inmortales, y si no lo
hacíamos, nos desterrarían a los bajos mundos de la Tierra.
Yo comandaba toda una expedición hasta la tierra donde al fin encontraríamos nuestro lugar en el Universo. Pasaron
días, semanas y hasta meses, y no encontrábamos nada. Mis camaradas fueron abandonando el grupo uno por uno, e
incluso algunos trataron de asesinarme, y otros murieron en el largo y difícil trayecto.
Tres años. Ese fue el tiempo en el que toda mi tropa me había abandonado. No tenían el espíritu o la fuerza necesaria
para alcanzar tal nivel de divinidad como lo hace la Inmortalidad. Poco a poco el equipo de rastreo y localizaciónavanzado que tenía, iba perdiendo su poder. Mis provisiones se acabaron cuando me encontraba en el Polo Sur de
nuestro planeta. Mientras me iba acercando al Centro del Polo, me iba encontrando con bestias horrendas, con
características como humanas, con largas garras, más grandes que cualquier otro humano, pero me fui librando de ellos
por mi armadura de Beskar y mi blaster.
Iba perdiendo la esperanza, el frío me empezaba a ganar, casi morí, cuando vi a lo lejos un resplandor azul, algo que
no podía creer. Mi Visión me alertaba que éste era el lugar, la Ciudad de los D ́Bari, el Hogar del Poderoso Dorime.
Mientras pasaba por los enormes edificios, me iba sintiendo cada vez peor. Sentía que las paredes se me acercaban y
cerraban cada vez más, pero no era así, era sólo yo, la Ciudad no se movía, era yo y el Universo.
Por mis ojos pasaban imágenes hermosas, estrellas, galaxias, el espacio, imágenes que ningún ser vivo y terrenal podría
comprender y apreciar, pero por alguna razón, yo las veía con una claridad sorprendente. Veía a los D ́Bari
construyendo su ciudad y avanzando en sus vastas tecnologías que el dios Dorime les había entregado. Vi imperios
nacer y caer, civilizaciones enteras ser destruidas por ellas mismas, los humanos, su destrucción del Medio Ambiente,
las 3 Guerras Mundiales, el Fin de la Existencia, y luego, nada. Todo era negro. Era una sensación que sería imposible
describir con palabras.
Abrí mis ojos. La Fuente, mi bendición, mi maldición, estaba frente a mis ojos. Pero oí una voz, una voz que antes no
había oído. Me decía que no debería beber de esta fuente, pero era mi destino cósmico, no lo podía ignorar.
Mis manos me pesaban mientras más se acercaban a la Fuente. Mi mano tocó el agua, era fría, pero caliente, y tenía
una sensación muy extraña y al mismo tiempo fascinante. La tomé y al fin me sentí completo, como si toda mi vida me
hubiera faltado algo, pero no sabía qué era. Pero algo no me quedaba claro.
No podía ver ni rastro de los D ́Bari en ninguna parte de la enorme ciudad. La visión se había acabado, no encontraba
manera de localizarlos. Cuando intenté salir de la Ciudad, un rayo me lo prohibió, no podía salir de ahí. Y así pasé
buscando otra salida varios días, meses, años, décadas.Fui descubriendo nuevas cosas acerca del Universo y de Dorime con los escritos que habían dejado, pero ya nada me
satisfacía. Lo único que quería hacer era morder algo, lo que sea, una pequeña mordida de humano ya no suena tan mal
incluso ahora.
el que la responda bien le doy corona y 5 estrellas
gracias
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
el instituto fue cubierta por alumnos con cada minuto que pasaba, chicos y chicas para los cuales solo era una alumna más. Esperaba que llegase é l y observaba detrás de una puerta en un salón medio abierto.
Pero el silencio de aquella aula se vio interrumpido por un chillido de la puerta.....
-Sabias que en este lugar solo entran personas autorizadas…- Exclamé, pero mis palabras fueron calladas cuando me encontré con s u mirada.
Snayder estaba inclinado en una de las paredes con un libro en su mano, se veía lindo, quizás no le importaría que le tomase una foto.
Concéntrate Isabel, por d i o s.
-Y supongo que tu estas autorizada- Dijo é l entre risas, sin despegar su mirada de aquel libro.
Las piernas me flaquearon y por poco me desmayo en aquel momento, mi corazón latía muy rápido pero yo apenas y respiraba; todo pasaba tan lento.
-Y o…- El timbre sonó.
¡S a l v ada por la campana!_........_ É l fue el primero en retirarse
Pero ese día fue el que más me incentivo en elegirlo como mi c r u s h; aun no me creía que esa misma tarde rompí mis pósteres de J u n g k o o k, L e o n a r d o D i C a p r i o, O r l a n do B l o o m, entre otros. xddd
Respuesta:
Explicación:
INICIO:
Yo era un fiel seguidor del culto de los D ́Bari. Se cuenta que hace cientos de años, un grupo de cultos recibió una
visión del gran dios Dorime, quien les dijo que tenían que construir una Ciudad en un lugar donde sólo la gente con la
Visión podría encontrarla, y si lo hacían, se volverían Inmortales. Los D ́Bari viajaron por todo el mundo hasta que
encontraron el lugar indicado. Dorime les dio una fuente para el Centro de su Ciudad, y si la bebías te convertirías en
alguien capaz de engañar a la muerte por los siglos de los siglos.
La gente dice que sólo es una leyenda, pero la gente como yo cree que todavía existen. El mundo ya no es como lo era
hace años, los Gobiernos silencian todo lo que les provoca miedo, la libertad de expresión, todo, incluso la tecnología.
Sólo las personas con alto rango en la sociedad pueden viajar a otras regiones.
Yo era profesor en la Universidad de Westminster cuando el Presidente de mi nación me llamó. Él no tenía una razón
para hacerlo, pero al ver su cara cuando entré a su oficina, comprendí lo que me iba a decir. Había decidido que él me
enviaría a mí y al resto de los creyentes en los D ́Bari a buscar la Ciudad Perdida de los Inmortales, y si no lo
hacíamos, nos desterrarían a los bajos mundos de la TIERRA DESARROLLO :
Yo comandaba toda una expedición hasta la tierra donde al fin encontraríamos nuestro lugar en el Universo. Pasaron
días, semanas y hasta meses, y no encontrábamos nada. Mis camaradas fueron abandonando el grupo uno por uno, e
incluso algunos trataron de asesinarme, y otros murieron en el largo y difícil trayecto.
Tres años. Ese fue el tiempo en el que toda mi tropa me había abandonado. No tenían el espíritu o la fuerza necesaria
para alcanzar tal nivel de divinidad como lo hace la Inmortalidad. Poco a poco el equipo de rastreo y localizaciónavanzado que tenía, iba perdiendo su poder. Mis provisiones se acabaron cuando me encontraba en el Polo Sur de
nuestro planeta. Mientras me iba acercando al Centro del Polo, me iba encontrando con bestias horrendas, con
características como humanas, con largas garras, más grandes que cualquier otro humano, pero me fui librando de ellos
por mi armadura de Beskar y mi blaster.
Iba perdiendo la esperanza, el frío me empezaba a ganar, casi morí, cuando vi a lo lejos un resplandor azul, algo que
no podía creer. Mi Visión me alertaba que éste era el lugar, la Ciudad de los D ́Bari, el Hogar del Poderoso Dorime.
Mientras pasaba por los enormes edificios, me iba sintiendo cada vez peor. Sentía que las paredes se me acercaban y
cerraban cada vez más, pero no era así, era sólo yo, la Ciudad no se movía, era yo y el Universo.
Por mis ojos pasaban imágenes hermosas, estrellas, galaxias, el espacio, imágenes que ningún ser vivo y terrenal podría
comprender y apreciar, pero por alguna razón, yo las veía con una claridad sorprendente. Veía a los D ́Bari
construyendo su ciudad y avanzando en sus vastas tecnologías que el dios Dorime les había entregado. Vi imperios
nacer y caer, civilizaciones enteras ser destruidas por ellas mismas, los humanos, su destrucción del Medio Ambiente,
las 3 Guerras Mundiales, el Fin de la Existencia, y luego, nada. Todo era negro. Era una sensación que sería imposible
describir con palabras FINAL: Abrí mis ojos. La Fuente, mi bendición, mi maldición, estaba frente a mis ojos. Pero oí una voz, una voz que antes no
había oído. Me decía que no debería beber de esta fuente, pero era mi destino cósmico, no lo podía ignorar.
Mis manos me pesaban mientras más se acercaban a la Fuente. Mi mano tocó el agua, era fría, pero caliente, y tenía
una sensación muy extraña y al mismo tiempo fascinante. La tomé y al fin me sentí completo, como si toda mi vida me
hubiera faltado algo, pero no sabía qué era. Pero algo no me quedaba claro.
No podía ver ni rastro de los D ́Bari en ninguna parte de la enorme ciudad. La visión se había acabado, no encontraba
manera de localizarlos. Cuando intenté salir de la Ciudad, un rayo me lo prohibió, no podía salir de ahí. Y así pasé
buscando otra salida varios días, meses, años, décadas.Fui descubriendo nuevas cosas acerca del Universo y de Dorime con los escritos que habían dejado, pero ya nada me
satisfacía. Lo único que quería hacer era morder algo, lo que sea, una pequeña mordida de humano ya no suena tan mal
incluso ahora