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Respuesta:
La creciente complejización de los instrumentos financieros implica cada vez más dificultades a la hora de evaluar las causas, las formas de contagio y los efectos diferenciados de las actuales turbulencias económicas y financieras. Este artículo se enfoca en algunas de estas interacciones y busca aportar luz sobre la relación entre el sistema financiero y la economía real, la desconexión parcial de los países emergentes de este mundo en crisis, los riesgos actuales y los problemas derivados de las respuestas aplicadas por los gobiernos de la eurozona.
Preguntas y respuestas sobre la crisis mundial
¿Cómo operan la globalización y la liberalización comercial en la crisis?
La crisis actual se desarrolla en un contexto específico: el de la desindustrialización de muchos países, provocada y acelerada principalmente por la globalización comercial y, en segundo lugar, por la desregulación financiera. A excepción de Alemania, el conjunto de los países avanzados experimenta desde hace una década una desindustrialización masiva. Una parte importante de las economías emergentes también atraviesa esta desindustrialización, a diferencia de algunas grandes economías asiáticas. Detengámonos en el ejemplo de las economías emergentes. La desindustrialización de algunos de estos países, principalmente latinoamericanos, ocurre en un momento en que el PIB per cápita es aún relativamente bajo. La crisis actual puede precipitar los procesos de desindustrialización ya iniciados en numerosos países y así conmocionar la estructura de la economía mundial. Sin embargo, China, el «taller del mundo», no puede beneficiarse mecánicamente de esta crisis. Por una parte, su modelo de desarrollo encuentra ya límites, y a menos que pueda dinamizar su mercado interno, su índice de crecimiento podría disminuir en provecho de otros países asiáticos cuya mano de obra sea menos costosa; por otro lado, la disminución en las importaciones de las naciones afectadas por la crisis puede debilitar el crecimiento de China y volver obsoleta la tesis del «desacoplamiento» de coyuntura. Eso es lo que vamos a precisar.
Las economías emergentes asiáticas registran un fuerte crecimiento desde hace unos 30 años, las latinoamericanas se restablecen desde hace una década con un crecimiento más o menos elevado, y ambos conjuntos tienden a converger. Pero no sucede lo mismo con las economías avanzadas. Esta situación no es totalmente nueva. En la década de 1930, las economías avanzadas sufrieron una crisis profunda y duradera. En cambio, durante el mismo periodo, ciertas economías exportadoras latinoamericanas conocieron una industrialización pronunciada, después de una fase de crisis. Pero las relaciones entre el «centro» y la «periferia» ya no funcionan como antes, puesto que el contexto mundial ha cambiado profundamente y hoy en día estos conceptos parecen anticuados y pierden su pertinencia. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la corriente estructuralista latinoamericana, basta con que estos vínculos se distiendan en virtud de una crisis en las economías avanzadas, o de una guerra entre países del centro, para que en algunas de las economías periféricas se produzca un proceso de sustitución de importaciones. La distensión de los vínculos significó históricamente una «oportunidad» de industrialización para países como Brasil, México o Argentina. La crisis estructural que atraviesan las economías avanzadas ¿ofrecerá hoy la misma oportunidad? La situación es diferente de la que se daba en los años 1930 por dos razones: por una parte, la dimensión financiera se convirtió en un parámetro en extremo importante; por la otra, se han intensificado los vínculos comerciales entre algunas economías emergentes (en particular de América Latina y Asia). El comercio de América Latina con China y la India ha aumentado mucho. Brasil ha trabado vínculos comerciales cada vez más estrechos con China: los intercambios entre estos países se han triplicado entre 2006 y 2010. Pero la relación es asimétrica: el gigante asiático exporta a Brasil esencialmente productos manufacturados y le compra materias primas, y lo mismo ocurre con Argentina. México no le vende casi nada a China, pero le compra productos manufacturados.
Explicación:
- me das la corona xfa