El increíble niño come libros Oliver Jeffers A Enrique le encantaba comer libros. Pero no como a ti y a mí. No, para nada... a él le gustaba comérselos. Todo empezó por error una tarde en la que estaba distraído. Al principio tenía muchas dudas, y solo se comió una palabra simplemente por probar. Luego lo intentó con una oración completa y tras eso la página entera. Sí, definitivamente le gustó. Para el miércoles Enrique ya se había embutido todo un libro. Y para fines de mes podía atiborrarse un libro de un tirón. Le encantaba comer toda clase de libros: novelas, diccionarios, almanaques y atlas, libros de bromas, libros de historia y hasta de matemática. Pero los rojos eran sus preferidos. Y los devoraba a un ritmo increíble. Pero lo mejor era esto: mientras más comía, más listo se hacía. Una vez comió un libro sobre pececitos y en el acto supo qué darle de comer a su pez. En muy poco tiempo pudo resolver los crucigramas de su padre en el periódico y hasta era más listo que los profesores de la escuela. A Enrique le gustaba ser listo. Creía que, de seguir así, bien podría llegar a ser la persona más lista del mundo. Así que siguió consumiendo libros... y se fue haciendo más listo... Pasó de comerse un libro entero a comerse dos o tres de un solo golpe. Libros sobre cualquier cosa, pues no era nada melindroso y quería saberlo todo. Pero las cosas empezaron a ponerse complicadas. Más bien empezaron a ponerse muy, muy mal. Enrique comía demasiado y sin duda demasiado rápido. Empezaba a sentirse un poco enfermo. Pero eso no era lo peor. Todo lo que iba aprendiendo se volvía un revoltijo porque no le daba tiempo de hacer la digestión. Y empezó a sentir vergüenza de tener que abrir la boca. Y así Enrique de repente ya no parecía tan listo. Más de uno le aconsejó que ya no comiera libros. Dejó pues de masticar libros y se quedó triste largo rato en su cuarto. ¿Qué iba a hacer? Pero luego, casi por accidente, Enrique tomó del suelo un libro a medio comer. Pero en lugar de llevárselo a la boca... Lo abrió ... y empezó a leer. ¡Estaba tan bueno! Después de aquello descubrió Enrique que le gustaba mucho leer. Y que si leía bastante todavía podría llegar a ser la persona más lista del mundo, aunque necesitara más tiempo. Ahora Enrique siempre está leyendo, aunque, la verdad, de vez en cuando se come una palabra. Fin. Me lo pueden resumir por favor dpy corona plis
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Oooooooooo no se perdón Waza
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