El fantasma que habita en una casa vieja de mi
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cuando mi padre la compró, yo era apenas un niño de dos años, el menor de tres hermanos,
Pablo de quince y Hernán de dieciséis.
La casa era antigua, sin embargo, muy bien mantenida, tenía grandes ambientes, cuatro
dormitorios en la planta alta, uno que daba al frente y los otros a un parque con un tupido follaje.
Al fondo, una vivienda que usaba la servidumbre.
En la planta baja, el living, la biblioteca, el comedor, cocina y antecocina, una despensa y la
puerta que daba al sótano.
Durante el día, mis padres, docentes, concurrían a sus respectivas escuelas y mis hermanos a
sus actividades estudiantiles. Yo permanecía al cuidado de Ester, la empleada, una tierna mujer
que era también cocinera y mucama. Fue en uno de esos días, jugando en el living mientras Ester
cocinaba, que lo vi parado en la puerta de la biblioteca, observándome. Era un hombre viejo y con
gesto amable. Después de unos segundos, desapareció atravesando la pared.
Lo veía con frecuencia y comencé a extrañarlo después que faltó algún tiempo. Le pregunté a
Ester por él. La mujer se quedó mirándome entre asombrada e incrédula y no me contestó.
Casi lo había borrado de mi mente cuando una tarde y ya adolescente, me encontraba estudiando
una complicada materia que debía rendir y entonces… sentí su presencia. No me atemoricé, por el
contrario, fue una agradable sorpresa. Allí estaba mirándome, parado junto a la puerta de la biblioteca.
Él, como si hubiera leído mi pensamiento, saludó levantando su mano. Yo levanté la mía y sonreímos
juntos. A partir de aquel momento estuvo junto a mí ayudándome a estudiar. Las respuestas a mis
preguntas surgían del papel a modo de manuscrito, pero jamás contestó ninguna referida a él.
Con los años me recibí de maestro, mis padres y mis hermanos fallecieron y me jubilé en la docencia.
Hoy somos dos los fantasmas esperando a un niño a quien enseñar.
Adaptado de Ricardo Cesar Garay. Disponible en . Acceso el 30 de agosto de 2011.
1. Según el texto, señale lo que está correcto:
Aunque la casa era antigua, estaba muy bien conservada.
La casa tenía más dormitorios que habitantes.
La casa poseía tres pisos pues había un sótano.
Debido a la antigüedad de la construcción, la casa era habitada por fantasmas.
La casa tenía piezas en la planta alta en la que trabajaba la cocinera.
Explicación: