El estado tiene límites? porque?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es interesante que, aunque la palabra Estado aparece muchas veces en el "Compendio de doctrina social de la Iglesia", la parte relativa a la política se trata bajo el título de "La comunidad política" y no bajo el de "Estado". Esto, me parece, refleja el interés por dar relevancia al aspecto comunitario de la vida social y al sentido de la sociedad en relación con la persona. Así, ya mucho antes de entrar al tema político, el compendio afirma que "La persona humana no puede y no debe ser instrumentalizada por las estructuras sociales, económicas y políticas, porque todo hombre posee la libertad de orientarse hacia su fin último". La sociedad humana se compone de los individuos que la forman, pero la relación no se establece a la manera de un material que entra a formar parte de algo. Un muro puede formarse de ladrillos y se puede cambiar un ladrillo por otro sin mayor consideración que las cuestiones físicas pertinentes. Entre los animales gregarios se forman vínculos importantes que buscan mantenerse para la conservación de la especie, pero, todavía más allá, entre los seres humanos cada componente de la sociedad no es sólo un individuo más, sino una persona, es decir posee entendimiento y voluntad y su dignidad es tal que, precisamente, no puede usarse como instrumento de las estructuras. La dificultad para cumplir esto y respetar a las personas se origina en que la estructuración del Estado implica una concentración muy grande de poder. De este modo aumenta considerablemente el peligro del abuso del mismo que, combinado con ideologías, la historia nos muestra puede llevar a extremos muy tristes y deplorables. Desde este punto de vista se pueden valorar positivamente las posibilidades de la división de poderes y de formas democráticas de conformación del Estado, que en principio permitirían un cierto control y limitación del poder. La organización del Estado bajo estas formas ideales, con todo, no es de por sí garantía del respeto a las personas. Es muy fácil, por ejemplo de parte de los que detentan el poder ejecutivo, que se use el propio poder político para condicionar, e incluso controlar, al poder legislativo y al judicial, además de ignorar cuanto los grupos y categorías sociales puedan demandar si no es conforme a sus propuestas. La pretensión de un Estado de determinar aspectos de la vida y ser rector de aquello que más bien corresponde decidir a las personas y a las asociaciones o grupos que forman, se opone a la verdadera consecución del bien común.