¿El estado debe de encargarse de la producción de bienes y servicios que puede efectuar el sector privado?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El consenso sobre el papel del gobierno en el desarrollo agrícola ha cambiado a través del tiempo hacia un manejo menos directo de las actividades económicas y menos controles sobre los precios y las cantidades de factores y productos. Aunque el concepto de “fallas del mercado” en el sector privado ha sido reconocido desde hace mucho tiempo en economía, la aceptación de las “fallas del gobierno” es ahora mucho mayor que antes. Si bien buena parte de las fallas del gobierno puede atribuirse a incentivos institucionales y a políticas fiscales inadecuadas, esas fallas son una realidad. La gran rotación de los ministros y el personal principal de los ministerios de agricultura puede dificultar grandemente el proceso de formular y ejecutar políticas coherentes. Sin embargo, los gobiernos tienen un papel sobresaliente en la movilización de consensos hacia políticas apropiadas de desarrollo y su traducción en acciones concretas. También deben corregir, con medidas indirectas, las fallas del mercado más importantes.
Uma Lele, Robert Emerson y Richard Beilock, apoyándose en aportes de Joseph Stiglitz, han resumido adecuadamente el estado del debate sobre el papel del estado en el desarrollo agrícola:
La nueva economía institucional subraya que la naturaleza de los acuerdos contractuales, y la distribución del ingreso y la riqueza, importan porque afectan los incentivos y los efectos multiplicadores que derivan de la agricultura (Stiglitz, 1993[38]).... Por lo tanto, Stiglitz afirma que el consejo de adoptar sistemas de mercado es demasiado simplista cuando existen serios problemas de falta de equidad en la distribución de tierras, información imperfecta y mercados de riesgo incompletos.... No obstante estos riesgos, en los sistemas de planificación central la agricultura ha funcionado menos bien que en condiciones de mercado, por muchas razones. Primero, en el sector público la organización y administración de la agricultura, y los substitutos institucionales del mercado, tienden a ser malos e inadecuados para reaccionar ante la información y los incentivos. Además, la información tiende a ser débilmente procesada, debido en parte a relaciones jerárquicas que localizan a las autoridades que adoptan las decisiones lejos de los lugares en que se desarrollan las actividades económicas. La evasión de responsabilidades se convierte en un problema central, la iniciativa individual escasea, las restricciones presupuestarias blandas reemplazan a los presupuestos rígidos y la seguridad de empleo y salarios inhiben respuestas rápidas a la información nueva y crucial. Por ende, en los sistemas públicos de gestión, la reducción de los riesgos que enfrentan los agricultores tiende a requerir costos enormes.
Entonces ¿cuál debe ser el papel del gobierno, si no se encuentra en la producción y la distribución? Los roles no discutibles de los gobiernos son suficientemente claros: proteger los derechos de propiedad, hacer cumplir las obligaciones contractuales para fomentar la competencia, y suministrar bienes públicos tales como investigación, tecnología, información e infraestructura. Los papeles más controvertidos se relacionan con la redistribución de recursos a través de medidas forzosas, la estabilización de precios, la absorción de riesgos y la provisión de crédito. Si los gobiernos donde los mercados privados temen entrar tienen que hacerlo con cautela y considerables resguardos[39].
Gale Johnson ha proporcionado una clara definición de los seis aspectos tradicionales que requieren acción de los gobiernos. Uno es la corrección de las fallas del mercado, pero es cauteloso en sus recetas para hacerlo y subraya principalmente la provisión de educación.
Explicación: