el continente americano es un sitio que todavia mantienen sus raices
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si
Explicación:
La continua presencia de europeos en América a partir de 1493, siempre reforzada por la emigración ininterrumpida, hace que el Nuevo Mundo se convierta en una frontera de Europa. Nótese que empleamos el término frontera con el preciso significado que tiene en la historiografía norteamericana: espacio geográfico en el que un pueblo en movimiento entra en contacto con otros de cultura muy diferente a la de aquél. Frontera es, al mismo tiempo, el proceso de interacción entre esos pueblos y sus respectivas culturas que, en mayor o en menor medida, quedan influidas unas por otras. Como proceso temporal o histórico que es, la frontera se inicia con el primer contacto entre los pueblos que son sus protagonistas; se desarrolla a medida que la interacción entre esos pueblos evoluciona; se intensifica y acaba por definirse en una forma de convivencia relativamente estable; se concluye cuando una única autoridad política se impone de forma duradera en la totalidad del espacio de que se trate, y el otro u otros pueblos se someten, huyen o desaparecen. La frontera que se acaba o cierra en su lugar se abre en otro si el pueblo que la inició con su movimiento continúa desplazándose, hasta el instante en que ese dinamismo cese. La emigración europea a América hace, pues, que aparezcan sucesivamente una serie de fronteras en constante desplazamiento espacial; las últimas permanecen aún vivas en nuestros días.1
Pienso que es por demás pertinente iniciar esta intervención con esta cita de Guillermo Céspedes, pues en ella está condensado el meollo de la acción de España en América, que da como resultado el nacimiento del mundo mestizo americano. Más adelante, y para mejor comprender este concepto, el mismo Céspedes dice que
la frontera llegó a ser una forma de vida para los cristianos: lugar donde se vuelcan los excedentes de población y se alivian las presiones demográficas; oportunidad de saneados negocios sobre la base de arrebatar al moro cualquier riqueza transportable o semoviente; espacio donde, asumiendo ciertos riesgos, es posible obtener tierras de cultivo sin más que apropiarse las que están abandonadas o se disputan al musulmán; escuela militar y de promoción social, donde el guerrero afortunado puede corregir riquezas e incluso ser premiado con blasonesy títulos nobiliarios. En la frontera vive y triunfa el Cid Campeador, arquetipo del hombre que alcanza poder y riqueza con sólo su esfuerzo, cumpliendo por añadidura su propio código moral de honradez y lealtad. Nace allí, asimismo, otro poderoso mito popular: el de Santiago matamoros, divino caballero que ayuda a los cristianos en todas las batallas decisivas. En éstas surgen otros mitos de origen popular, como los de reconquista y cruzada, que se convierten en fuerzas políticas y originan la hegemonía social de sus respectivos agentes, la noblezay el clero.2