el Comuntsmo en asia
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Los cuatro regímenes comunistas de Asia, Corea del Norte (puesto 177), China (171), Vietnam (165) y Laos (168), forman parte de los últimos quince países de la clasificación mundial de la libertad de prensa de 2010. Justo detrás de Eritrea, Corea del Norte, infierno totalitario, no ha mostrado ninguna mejora. Al revés, en un contexto de sucesión emprendida por Kim Jong-il a favor de su hijo, la represión se ha hecho aún más implacable. China, a pesar del dinamismo de los medios de comunicación y de Internet, sigue con una mala clasificación, a causa de la censura y de la represión incesantes, en particular en Tíbet y en Xinjiang. En Laos, no es tanto la represión la que pesa sobre el pequeño país del sureste de asiático, si no el control político del partido único sobre todos los medios de comunicación. En cambio, en Vietnam, el Partido comunista, que pronto inaugurará su Congreso, se gana esa clasificación más que mediocre por su persecución de la libertad de palabra. Entre los treinta últimos países de la clasificación de Reporteros sin Fronteras, se encuentran las diez naciones asiáticas, en particular Birmania, donde la junta militar ha decidido que el sistema de censura previa se mantendrá a pesar de que se acerquen las elecciones generales de noviembre. India y Tailandia caen por graves violencias La violencia política ha provocado unas caídas en picado muy preocupantes. Tailandia (puesto 153), donde dos periodistas fueron asesinados y más de quince heridos mientras cubrían la represión por el ejército del movimiento de los “camisas rojas” en Bangkok, ha perdido 23 puestos. Por su parte, la India ocupa el puesto 122 (- 17 puestos) en particular por violencias muy graves en Cachemira. Filipinas pierden 34 puestos tras la masacre de más de treinta reporteros por los partidarios de un gobernador de la isla de Mindanao. A pesar de haber juzgado a algunos asesinos de periodistas, prevalece la impunidad. De la misma manera, en el sureste asiático, Indonesia (117) no consigue superar el límite simbólico de los 100 primeros puestos, a pesar del desarrollo destacable de los medios de comunicación. Dos periodistas fueron asesinados y otros fueron amenazados de muerte, en particular por un reportaje sobre el medio ambiente. Malasia (141), Singapur (136) y Timor Oriental (93) pierden puestos. En resumidas cuentas, la represión no se ha apaciguado en los países de la ASEAN, a pesar de adoptar recientemente una Carta de derechos humanos. En Afganistán (147) y en Paquistán (151), los grupos islamistas armados son responsables en gran parte de la penosa clasificación de su país. Los atentados suicidas y los secuestros hacen que la profesión de periodista sea cada vez más peligrosa en esta zona de Asia del Sur. Pero el Estado no se queda atrás con arrestos que, en ocasiones, son más parecidos a raptos y de los que son objeto periodistas de investigación. Las democracias asiáticas ganan puestos Los países de Asia-Pacífico resultan ejemplares. Nueva Zelanda está entre los diez primeros puestos, y Japón (11), Australia (18) y Hong Kong (34) también están bien clasificados. Otras dos democracias asiáticas, Taiwán y Corea del Sur, han remontado varios puestos, 11 y 27 respectivamente, después de destacables degradaciones en la clasificación 2009. Aunque persistan algunos problemas, tal como la independencia editorial de los medios de comunicación públicos, los arrestos y las violencias han parado. Algunos países en vía de desarrollo también salen adelante, como es el caso de Mongolia (76) o Maldivas (52). Las autoridades se muestran por lo general respetuosas con la libertad de prensa, con, por ejemplo, una despenalización de los delitos de prensa en Maldivas. En esta clasificación, se pueden ver mejoras engañosas. Las islas Fiyi (149) ganan tres puestos, aunque el gobierno haya aprobado una nueva ley liberticida sobre prensa. El año 2009 fue tan dramático con la presencia de militares en las redacciones, que sólo se podía esperar del año 2010 un poco más de tranquilidad. Sri Lanka (158) gana cuatro puestos, pues se registran menos incidentes, aunque la capacidad de los medios de comunicación para imponerse como contrapoder tiende a reducirse, a causa del exilio de decenas de periodistas. En esta clasificación de las violaciones de la libertad de prensa, Asia consigue, una vez más, una mala clasificación. Si la prensa es libre, demasiado a menudo debe afrontar la violencia de actores no estatales. Si vive bajo el mando de un régimen autoritario, sufre censura y autocensura. Precisamente por denunciar esta situación, el intelectual chino Liu Xiaobo fue condenado a once años de prisión. Una lucha que afortunadamente ha sido recompensada con el premio Nobel de la paz. Una nueva esperanza en Asia-Pacífico.
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espero aberte ayudado