Historia, pregunta formulada por jazminrivetti, hace 8 meses

¿El Cisma de Oriente, sigue vigente en la actualidad?

Respuestas a la pregunta

Contestado por ZekiBv
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Explicación:

El Cisma de Oriente y Occidente o el Gran Cisma —en menor medida conocido también como Cisma de 1054— refiere al conflicto religioso ocurrido en 1054, cuando el máximo jerarca de la Iglesia católica en Roma, el papa u obispo de Roma (san León IX), y la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa, el patriarca de Constantinopla (Miguel I Cerulario), se excomulgaron mutuamente. Este enfrentamiento de autoridades comportó la separación de la cristiandad occidental o católica, que reconocía la suprema autoridad de Roma, de la oriental u ortodoxa. Su antecedente directo se conoce como Cisma de Focio.

Aunque la inserción del Filioque en el credo latino estaba en las diferentes liturgias europeas desde el siglo VI,[cita requerida] y sobre todo en la carolingia desde el siglo IX, la liturgia romana no incluía la recitación del credo en la liturgia. En 1014, con motivo de su coronación como emperador del Sacro Imperio, Enrique II solicitó al papa Benedicto VIII la recitación del Credo. El papa, necesitado del apoyo militar del emperador, accedió a su petición y lo hizo según la praxis vigente por entonces en Europa: de este modo, por primera vez en la historia, el Filioque se usó en Roma.

Según cuenta el historiador Rodolfo Glabro, la Iglesia griega quería, en aquellos primeros años del milenio, encontrar una especie de entendimiento con la Iglesia latina, de manera que «con el consenso del Romano Pontífice la Iglesia de Constantinopla fuese declarada y considerada universal en su propia esfera, así como Roma en el mundo entero». Esto implicaba una doble forma de ser una sola Iglesia católica. El papa Juan XIX pareció vacilante ante la propuesta de la iglesia griega, lo cual le supuso recibir la recriminación de algunos monasterios que estaban por la reforma eclesial.

Cisma

Comienzo del conflicto

Un precedente del Cisma tuvo lugar en el año 857, cuando el emperador bizantino Miguel III, llamado el Beodo, y su ministro Bardas expulsaron de su sede en Constantinopla al patriarca San Ignacio (conmemorado hoy en día como santo, tanto en la Iglesia ortodoxa como en la Iglesia católica). Lo reemplazaron por un nuevo candidato para dicho puesto, Focio, quien en seis días recibió todas las órdenes de la Iglesia. Focio comenzó a entrar en desacuerdo con el papa Nicolás I y recibió la entronización.

Hay muchas perspectivas y opiniones referentes a la vida de dicho Obispo, tanto en pro como en su contra. Para los que no le aprobaban en su primacía, fue descrito como "el hombre más artero y sagaz de su época: hablaba como un santo y obraba como un demonio"; en cuanto a su favor, fue reconocido como un "importante constructor de paz de la época". Incluso el papa Nicolás I se refirió a él por sus "grandes virtudes y el conocimiento universal". Poco tiempo antes de la muerte del patriarca Ignacio, este había abogado para que Focio fuera restituido como su sucesor después de su segundo período, manifestando su alta estima y favor por este. Pero Focio fue destituido y desterrado a un monasterio en el año 887. En todo caso, en su segundo período, obtuvo el reconocimiento formal del mundo cristiano en un concilio convocado en Constantinopla en noviembre de 879. Los legados del papa Juan VIII asistieron, dispuestos a reconocer a Focio como patriarca legítimo, una concesión por la que el papa fue muy censurado por la opinión latina.

En 1054, el papa León IX quien, amenazado por los normandos, buscaba una alianza con Bizancio, mandó una embajada a Constantinopla encabezada por su colaborador, el cardenal Humberto de Silva Candida, y formada por los arzobispos Federico de Lorena y Pedro de Amalfi. Los delegados papales negaron, a su llegada a Constantinopla, el título de ecuménico (autoridad suprema) al patriarca Miguel I Cerulario y, además, pusieron en duda la legitimidad de su elevación al patriarcado. El patriarca se negó entonces a recibir a los legados. El cardenal respondió publicando su Diálogo entre un romano y un constantinopolitano, en el que se burlaba de las costumbres griegas, y abandonó la ciudad tras excomulgar a Cerulario mediante una bula que depositó el 16 de julio de 1054 sobre el altar de la Iglesia de Santa Sofía. Pocos días después (24 de julio), Cerulario respondió excomulgando al cardenal y a su séquito, y quemó públicamente la bula romana, con lo que se inició el Cisma. Alegaba que, en el momento de la excomunión, León IX había muerto y por lo tanto el acto excomunicatorio del cardenal de Silva no habría tenido validez; añadía también que se excomulgaron individuos, no Iglesias.

Existen múltiples conjeturas para definir dicha escisión, y una de ellas pretende suponer que el cisma fue más bien resultado de un largo período de relaciones difíciles entre las dos partes más importantes de la Iglesia universal: causas como las pretensiones de suprema autoridad (el título de "ecuménico") del papa de Roma y las exigencias de autoridad del patriarca de Constantinopla.

Contestado por tinemilagros
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Explicación:Desde aquel instante hasta la actualidad, ambas se denominan a sí mismas Iglesia Católica Romana e Iglesia Católica Ortodoxa y reivindican también la exclusividad de la fórmula “Una, Santa, Católica y Apostólica”, al tiempo que cada una se considera como la única heredera legítima de la Iglesia primitiva fundada por Cristo y atribuye a la otra el “haber abandonado a la Iglesia verdadera”

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