el carnaval fue proclamado obra maestra por
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El 7 de noviembre de 2003 pasó a la historia como la fecha en la que por primera vez Colombia obtenía una declaratoria de patrimonio inmaterial que tuvo el país, y como ha sido la costumbre, Barranquilla fue la pionera con su Carnaval y abrió el camino para que nuevas manifestaciones folclóricas y culturales también fueran declaradas patrimonio de la humanidad.
Tras un trabajo de 12 meses de investigación y recopilación de información, el equipo base de 6 personas, comandado por la periodista Lola Salcedo Castañeda, logró concretar el documento que fue presentado a la segunda convocatoria de la Unesco para la declaración de patrimonios inmateriales.
El camino transitado para lograr que el Carnaval de Barranquilla fuera declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, fue un claro ejemplo de cómo las sinergias de grupos tan diversos, pero con un objetivo común, pueden ser exitosos, pues todas las organizaciones carnavaleras hicieron su aporte para obtener el reconocimiento de la Unesco.
Evaluando la importancia de la declaratoria, Lola Salcedo considera que para Colombia fue un honor ser portador de unas tradiciones valiosas que merecen ser cuidadas por el mundo, pero para la fiesta en sí misma, el impacto fue mucho mayor. “La declaratoria hizo que los hacedores del Carnaval se empoderaran como poseedores de un conocimiento único de tradición que no se puede tasar, que no tiene valor. Es que lo importante, lo valioso y lo fundamental es que el patrimonio no es una danza, o una máscara en sí, sino que es el conocimiento y su transmisión oral lo que se constituye en un patrimonio inmaterial de la humanidad, ese espacio antropológico en el que hay espacio para todas las danzas del Caribe”, explica Salcedo.
Tres meses antes de la Convención en Francia, en Cartagena se produjo un encuentro sobre patrimonio intangible, al cual acudió una delegación de la Unesco. Enteradas del evento, Lola Salcedo y Katya González, exreina del Carnaval y directora de Patrimonio del Ministerio de Cultura para la época, improvisaron un desfile por cuatro cuadras con 12 danzas insignias del Carnaval de Barranquilla y se tomaron la ciudad heroica, ofreciendo un abrebocas de lo que sería la presentación de la postulación.
“Creo que el éxito radicó en que se mostró lo bueno y lo malo, mostramos las falencias de la fiesta y se evidenció la necesidad de garantizar la preservación con la declaratoria de la Unesco. El dossier que se presentó fue una maravilla y cumplimos con todos los requisitos, ni siquiera el Carnaval de Río de Janeiro los logró cumplir”, señaló Katya González.
Para Alberto Gómez, director de proyectos culturales de Carnaval S. A., el beneficio inmediato de que el Carnaval de Barranquilla fuera proclamado Patrimonio Inmaterial, fue la necesidad de que el Estado colombiano mirara, atendiera y cuidara esta expresión cultural. Pero al mismo tiempo se generó un compromiso de cada uno de los actores involucrados en el Carnaval, desde las autoridades hasta el ciudadano común.
Mirta Buelvas, miembro del Comité Cultural del Carnaval, considera que el reconocimiento de la Unesco como un pasado vivo es un orgullo para Barranquilla y Colombia frente al mundo. “La inscripción en la lista de esta entidad es en sí misma un atractivo para conocer una fiesta tradicional objeto de investigación, estudio y destino turístico cultural internacional”.
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