El árbol de la tribu resumen
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El destino se hila de las maneras menos comprensibles. Jesús Urzagasti llegó a mí tarde. Y lo hizo gracias a un encuentro insospechado, todavía incomprensible, con el poeta Fernando Rosso, en los primeros meses que pasé a vivir en Cochabamba. El chuquisaqueño, acusando mi ignorancia, me obligó a ver(me) más allá de mis narices. Tras una breve búsqueda, apareció un ejemplar sencillo, de grandes hojas amarillentas, casi un folletín. Era Yerubia, el primer poemario de Urzagasti, editado en 1978. Descubrí entonces, aunque sin entenderlo, dos cosas fundamentales. Primero, un paisaje que aún hoy es ajeno a mis ojos, pero que está profundamente anclado en mi memoria. El chaqueño es capaz de inventar este tipo de paradojas en su escritura. Segundo, también con una comprensión parca y limitada por los años, pude presentir un conocimiento vasto e insondable que excedía los límites del talento poético o cualquier pretensión intelectual.
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