El 29 de marzo de 1974, un equipo de trabajadores que cavaba un pozo cerca de la ciudad china de Xian se topó con un hallazgo singular, un guerrero de terracota de tamaño natural. Posteriores excavaciones desenterraron uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia. En tres grandes fosas junto a la tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador de la China unificada, yacía un tesoro que había permanecido oculto al mundo durante casi 2.200 años: todo un ejército de terracota con más de 8.000 soldados, una caballería de 150 animales, 130 carros tirados por otros 520 caballos y hasta 40.000 puntas de flecha, junto con docenas de espadas, lanzas, ballestas y otras armas de bronce. Durante décadas, los guerreros de terracota han dado trabajo a generaciones de arqueólogos. Pero aún hoy, la ciencia continúa revelando secretos que el silencioso ejército ha custodiado durante milenios.
Este ejército estaba ubicado al lado de tumba de su líder, esta ubicación estratégicamente se puede justificar por qué:
Ellos creían en la otra vida y por eso sepultó al ejercito junto a él
los guerreros en realidad son una maldición para el emperador
solo los enterró para que nadie se los robara
los guerreros siempre estuvieron sepultados y fueron inservibles
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El 29 de marzo de 1974, un equipo de trabajadores que cavaba un pozo cerca de la ciudad china de Xian se topó con un hallazgo singular, un guerrero de terracota de tamaño natural. Posteriores excavaciones desenterraron uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia. En tres grandes fosas junto a la tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador de la China unificada, yacía un tesoro que había permanecido oculto al mundo durante casi 2.200 años: todo un ejército de terracota con más de 8.000 soldados, una caballería de 150 animales, 130 carros tirados por otros 520 caballos y hasta 40.000 puntas de flecha, junto con docenas de espadas, lanzas, ballestas y otras armas de bronce. Durante décadas, los guerreros de terracota han dado trabajo a generaciones de arqueólogos. Pero aún hoy, la ciencia continúa revelando secretos que el silencioso ejército ha custodiado durante milenios.
El primer emperador de la dinastía Qin fue enterrado en torno al año 210 a. C. con un esplendor solo comparable al de los mausoleos faraónicos del antiguo Egipto. Según relataba el historiador Sima Qian un siglo después, hasta 700.000 hombres participaron durante varias décadas en la construcción de una tumba cuyo interior simulaba un país con torres y palacios, entre los cuales corrían cien ríos simulados con mercurio, algo que los altos niveles de este metal en el terreno se han encargado de atestiguar.ación: