ejemplos donde existe la relación entre resignificación del conocimiento y la demanda social
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le doy corona
Respuestas a la pregunta
Uno de los elementos más importantes que constituye la cotidianeidad escolar es el
conocimiento que allí se transmite. Este conocimiento se constituye por un lado por el uso
de los programas y libros escolares, y por otro, por el conjunto no homogéneo de
prácticas que tanto docentes como algunos constituyen en su relación, en donde
adquieren connotación específica, por ejemplo, la palabra “dictado”, “examen”, o bien los
silencios o las miradas de aprobación o reprobación.
Los contenidos académicos no son lo que pueden parecer al observador casual, ya
que al tomar cuerpo o concretarse en el espacio privilegiado del aula, se traman con el
universo de relaciones entre el maestro y los alumnos; son estos sujetos quienes en el
microcosmos escolar los asumen, los reconstruyen, los median, los restituyen o los
olvidan. Este artículo pretende dar cuenta de ese microcosmos en su orden relativo y en
su a veces inalcanzable complejidad. Explora las posibilidades de describir ciertas
dimensiones a través de un lenguaje analógico que de cuenta de las formas y de la
relación con el conocimiento, construidas por sujetos particulares y concretos que ahí
conviven y después se van.
Los contenidos académicos son presentados generalmente con carácter de
verdaderos y en ese sentido se puede decir que transmiten visiones de mundo
“autorizadas” (con autoridad), las cuales constituyen el rayado de cancha en el cual los
sujetos llevan a cabo sus apropiaciones, ya sea aceptando, rechazando o construyendo
conocimientos. La importancia de la relación de los sujetos con los contenidos escolares
reside, justamente, en que éstos son presentados como los “verdaderos” conocimientos,
implicando una cierta autoridad por medio de la cual, a la vez, definen implícitamente lo
que no es conocimiento válido. Es por la fuerza de la legitimidad de los contenidos
académicos transmitidos, que se dificulta por igual a maestros y alumnos identificar como
conocimiento válido sus propios conocimientos marginales que están presentes también
en el aula. Los contenidos académicos definen así los límites de lo válidamente
cognosible a partir de la experiencia escolar1
y en esa medida definen “autorizadamente”