ejemplos de relaciones intraespecifica canibalismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tiburón toro
Cuanto antes empieces a practicar, mejor. Eso precisamente es lo que debe pensar el tiburón toro.
Al parecer, el embarazo de este animal, que dura un año, comienza con seis o siete embriones en sus dos úteros, pero solo uno de cada uno de ellos llega al final de la gestación: antes de nacer, el embrión más fuerte devora a sus hermanos.
Esta dieta rica en proteínas funciona: de casi un metro de largo nada más nacer, no parece probable que el joven tiburón vaya a ser presa de otros animales.
Perrillos de las praderas
El caso de esta monada de animales sí que nos deja de piedra. Bien es cierto que no todos son los asesinos sanguinarios que vamos a describir, pero sabemos que algunos lo son gracias a la investigación de John Hoogland, ecólogo de la Universidad de Maryland (Estados Unidos).
Su equipo descubrió que las hembras iban a las madrigueras de otras hembras y cuando salían tenían sangre en la cara; además, sus dueñas dejaban de mostrar comportamiento maternal.
«Finalmente, descubrimos a las crías decapitadas», afirma Hoogland.
En su opinión, algunas hembras siguen esta práctica de acabar con las crías de otras para que las suyas tengan más posibilidades de sobrevivir.
Sapo de caña
A los renacuajos de los sapos de caña, nativos de América del Sur, les gusta cenar huevos de su propia especie.
Pero no lo hacen solo los renacuajos: los más creciditos también tienen preferencia por presas de su especie. En un estudio de 2008 durante el que se diseccionaron 28 sapos, se descubrió que el 64 % de sus 149 presas eran otros sapos de caña.
Respuesta:
cinco ejemplos
Por Redacción National Geographic
29 de mayo de 2015
Aquí tenemos cinco ejemplos.
Tiburón toro
Cuanto antes empieces a practicar, mejor. Eso precisamente es lo que debe pensar el tiburón toro.
Al parecer, el embarazo de este animal, que dura un año, comienza con seis o siete embriones en sus dos úteros, pero solo uno de cada uno de ellos llega al final de la gestación: antes de nacer, el embrión más fuerte devora a sus hermanos.
Perrillos de las praderas
El caso de esta monada de animales sí que nos deja de piedra. Bien es cierto que no todos son los asesinos sanguinarios que vamos a describir, pero sabemos que algunos lo son gracias a la investigación de John Hoogland, ecólogo de la Universidad de Maryland (Estados Unidos).
En su opinión, algunas hembras siguen esta práctica de acabar con las crías de otras para que las suyas tengan más posibilidades de sobrevivir.
Sapo de caña
A los renacuajos de los sapos de caña, nativos de América del Sur, les gusta cenar huevos de su propia especie.
Pero no lo hacen solo los renacuajos: los más creciditos también tienen preferencia por presas de su especie. En un estudio de 2008 durante el que se diseccionaron 28 sapos, se descubrió que el 64 % de sus 149 presas eran otros sapos de caña.
Serpientes
Por supuesto, las serpientes no iban a ser menos.
Araña de lomo rojo
Algunos insectos practican el canibalismo sexual, comiéndose la hembra al macho tras el apareamiento.
En el caso de la araña de lomo rojo, el macho llega incluso a sacrificarse y busca la muerte dando unas lentas volteretas para quedarse en una postura en la que a la hembra le resulta fácil comérselo.